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Misiva infantil para sus Majestades de Oriente

viernes, 31 de diciembre de 2021
(Que la infancia, el mejor villancico de Navidad,
no sea convertido por los Herodes en elegía de por vida.)


Destinatarios: Los Reyes Magos de Oriente.
Calle : La Navidad, nº 6
Barriada: Año Nuevo
Localidad: Palacio de Ilusiones
País: Universal
Data: Invierno de mi vida, tiempo de sembrar felicidad, Navidad 2021


Remitente: Un Niño Sin Infancia
Domicilio: C/ Desesperanza, s/n
Barriada: Ruinas de Amor
Localidad: Domicilios Rotos
País: Cuatro Puntos Cardinales




Majestades de Oriente, los Magos de Siempre:
Soy un niño que creía imposible llegar a acabar el año y, mucho menos ver el inicio de este al que accedemos; pues lo he pasado muy mal. Esta misiva no es para pediros ningún juguete. No los necesito ya que a mi edad, la propia en la que la ilusión de todo niño es jugar con esos, no gozo con ello, por el contrario soy yo el juguete, el muñeco roto de dolor y, lo más duro es que un adulto, mi mismo padre, ese que debía demostrarme todo el cariño me está rompiendo mi infancia que está totalmente destrozada. En mis estudios no rindo porque algunos de mis condiscípulos, aunque sus notas tampoco son brillantes, son perspicaces y, dándose cuenta de mi problema me someten a bullying. No me atrevo a decirlo a mis profesores porque ellos citarían a mis padres y entonces descubrirían lo peor de toda mi triste situación.

Cuando regreso del cole a mi hogar me tengo que ir a buscar cartones, hierros u otros objetos en vertederos y zonas aledañas a esta barriada en la que vivo, una zona poblacional muy tercermundista. Todas las familias que vivimos aquí estamos en situación de indigencia por eso, los niños como yo, para ayudar a nuestras familias sin llegar a delinquir nos dedicamos a recoger productos reciclables para llevarlos a chatarreros que nos dan unas monedas . Nada podemos exigir, el precio lo ponen ellos, lo que quieran entregar a nuestras manos lo hemos de coger y meter en nuestros raídos bolsillos. Al regresar a casa está esperándome mi progenitor quien viene no de intentar encontrar empleo, aunque él dice que por mucho que lo busca no encuentra, se ha acostumbrado a vivir en paro pues para sus vicios le llega con esa pensión. No trae el pan que tan necesario es en mi casa, lo que si trae son borracheras tremendas., La habitación, una de las tres dependencias de la casa prefabricada en la que malvivimos está inundada por el vaho alcohólico que desprende su aliento. Las primeras palabras de ese no son preocuparse de cómo me ha ido el día, se dirige a mi para decirme de manera violenta y agresiva que vacíe mis bolsillos. Cuando no son muchas las monedas, pues billetes nunca me dan por lo poco que consigo, me abofetea acusándome de que me guardo algo para mi.

Os preguntaréis, queridas Majestades, por la reacción de mi madre ante ese maltrato. Ella , si está presente, ha de callar pues es otra víctima más de este Herodes de mi infancia, pero la mayoría de las veces no se encuentra en la casa , pues pasa todo el día y a veces noches trabajando. De día trabaja haciendo limpieza en varios domicilios y varias noches de la semana duerme con una señora mayor a la que atiende.

Ella, como me pasa a mí, estamos mejor fuera del domicilio familiar ya que cuando se halla en el hogar está sufriendo maltrato físico y psíquico por parte de ese cabeza de familia que nos tiene a ambos atormentados.

Mi hermano, mayor que yo, se metió en el mundo de la droga y ahora mismo se encuentra cumpliendo una pena en prisión. Yo siento mucha pena porque quien debía ser mi guía se halle en camino sin salida.

Una vez que les he resumido como transcurre mi vivir cotidiano paso a formularles mis peticiones. Mientras otros de mi tiempo escribirán cartas, listados enormes solicitándoos juguetes de los más sofisticados, este servidor, no desea nada de eso. Como les decía, es imposible que el que está siendo juguete en las manos del adulto pida otros para divertirse. Ni tampoco deseo otra riqueza que no sea la infancia . Los humildes somos felices con la pobreza , siempre y cuando no nos la quiten como me pasa en este caso. Lo que os solicito no lo podréis adquirir en gran superficie ni juguetería al uso, ya que solamente está en la trastienda de los humanos pechos, el amor.

Lo que os demando, Majestades, no es solo para mi. No soy egoísta, os ruego que a partir de esta Epifanía lo tengan todos los niños que hay en nuestro gran mundo y son estas peticiones, regalos imprescindibles para que podamos, en el mañana , ser hombres y mujeres sin traumas ni complejos.

1.- Eliminar todo tipo de bullying por parte de nuestros iguales y de cualquier tipo de persona que pretenda hacer del bonito campo de flores infantiles un desierto de seres explotados y martirizados.

2.- Que nos den el gran regalo de una familia en la que el padre no sea el mayor verdugo de la dichosa infancia, ni que la contamine el que debe ser su auténtico adalid y defensor.

3.- Erradicar la explotación infantil. Los niños no somos adultos, estamos preparándonos para serlo. Debemos vivir ese feliz tiempo con plenitud . Nuestro único trabajo es formarnos, estudiar y aprender en el hogar los humanos valores.

4.- Que mi querida madre, mi adorado albergue durante mis nueve primeros meses de vida, al igual que las otras mujeres del mundo, no sufran maltrato por su pareja. Es terriblemente doloroso que un hijo vea con impotencia como un hombre, al que llama padre, insulta o maltrata a su madre y si quiere intervenir sea abofeteado sin piedad por el agresor. Con esas actuaciones ese machista está convirtiendo en escombro y ruinas una familia, escombros que aunque nosotros los niños sobrevivamos las heridas que nos ha producido resultarán incurables para siempre. Los corazones infantiles lastimados no cicatrizan en la vida.

5.- Que mi hermano vuelva esta Navidad para nunca más marchar. Que ese tiempo privado de libertad le haya servido de lección y ya no vuelva a caer en esa adicción tremenda . Majestades, que todos los jóvenes de nuestro tiempo, no sean encadenados a la penosa drogadicción. Que no se conviertan en esclavos de los que quieren enriquecerse sembrando en la bonita infancia y juventud campos de plantas alucinógenas.

6.- También quisiera me concedieran la posibilidad de pertenecer a una familia que va a celebrar sus bodas de oro y en la que sus miembros son todas personas abnegadas, ejemplares y unidas por una tarea común, la de que esa familia, el Belén de Begonte, engrandezca la luz que desprende la estrella grandiosa de la cristiana fe.

7.- Que nuestra Galicia, España y el mundo queden libres de esta pandemia la cual, desde hace un par de años, nos acosa y azota dejando a muchas familias con alguna silla familiar vacía para siempre. Esa ausencia que en muchos hogares hace que la sombra de la tristeza los inunde. Este Herodes universal, queridos Reyes Magos , debe desaparecer para que recobremos la normal tranquilidad. Desde aquí quiero agradecer los grandes valores humanos desplegados por personas abnegadas- sanitarios, educadores, fuerzas de seguridad…) quienes con su trabajo diario nos mantienen viva la llama de la esperanza . Que la sonrisa plena vuelva a brillar en nuestros rostros y que nuestra mirada deje de proyectar una estela de luz de temor y desconfianza. Al igual que las figuritas de nuestro Belén de Begonte recobremos la vida sin mascarilla, sin distancia social y que ese tan necesario abrazo y beso dejen de ser virtual. Que vuestras Majestades nos concedan salud y libertad individual y social .

Estos siete grandiosos regalos son los que pueden salvarnos, los que no cuestan dinero pero, tienen un valor incalculable: La salud, el amor, la fe y felicidad de los niñ@s.

Majestades, esta carta va algo mojada, espero que no se hayan borrado con mis lágrimas las palabras más importantes y, sobre todo que os resulte legible mi escritura , pues la lengua vernácula que uso para vosotros , al igual que todas las de Nembroth, las domináis por algo sois sabios Magos. No os niego que he tardado algunos años en escribirla porque siempre pensaba que al llegar Navidad todo cambiaría y ya, todas las noches, sin ser 24 de Diciembre viviría noches y días de paz.

Esta misiva no os la voy a echar en buzón de carteros reales, ni a los pies de árbol de Navidad, pues mi domicilio no se engalana con luces navideñas, no sería tal cosa normal donde, para alumbrarnos, tenemos que andar haciendo enganches furtivos porque al carecer de recursos y vivir en alta tensión de pobreza es imposible que haya semejante despilfarro. Aunque , queridos Reyes, os he de decir que aunque no tenga este niño en su mesa la mejor de las dulzuras, una familia en paz y unida, no falta la botella de vino o licor para mi padre seguir bebiendo y bebiendo y nosotros, mi madre y yo , nos bebemos las lágrimas de dolor y nos acostamos con mucha hambre , pero la peor es la que se sacia con la masa madre del amor.

Esta epístola en cuestión la voy a entregar donde sé que os la harán llegar. Aprovecharé que , una tía mía, hermana de mi madre, residente en Lugo me va a llevar , como hace todos los años por estas fechas, a visitar el Belén de Begonte y en esta ocasión voy a ir lleno de ilusión porque en este 2022 cumple sus bodas de oro. Ese está en el “Centro Cultural José Domínguez Guizán”. Que ejemplo da de gran familia. Cuando lo veo me reconforta mucho el ánimo porque veo a toda Galicia allí presente construyendo la vida , porque en verdad que las personas, como hacen esas animadas figuritas que representan a todos los oficios de este país, hemos de ayudar a que la Navidad esté permanente en nuestros días por eso quizá para darnos ejemplo de que el tiempo de fraternidad debe durar siempre este Belén de Begonte permanece abierto hasta finales del mes de enero.

Majestades, estoy deseando que llegue ese día de ir con mi familiar allí para dejaros allí esta carta y yo recibir esa fuerza de cariño que saben trasmitir D. Xesús , el sacerdote, D. Xulio Xiz y todos los miembros de una ejemplar familia que nació hace cincuenta años para honrar a la Sagrada.

Bueno, Melchor, Gaspar y Baltasar, perdonen que me extendiera tanto pero cuando las emociones se desbordan es normal. Me voy a dormir pues precisamente mis sueños son dulces y las pesadillas las sufro despierto.

Este niño que espera tener de ustedes esos regalos, pues el carbón que va a incinerar su hogar familiar la tiene ya diariamente a sacos y no por malo, se lo dan los que le rodean por ser noble e inocente, por ser un niño normal.

Un abrazo de la infancia que está siendo secuestrada por esas carencias anteriormente expuestas.

Que los niños gocemos de inmunidad para que la violencia, la pobreza, la discriminación, la explotación y pandemia no nos quiten el inalienable derecho a vivir esa etapa de la vida que es cimiento fundamental para mañana llegar a ser adultos equilibrados y no seres atormentados y traumatizados porque no gozaron una infancia semillero de felicidad.

Fdo. y rubricado con toda la ilusión de quien busca en la Navidad la panacea a todos esos terribles males.

Post Escriptum:
Por favor, no olviden mis Majestades, la carta les queda en una de las bancadas del Belén de Begonte, el único sitio donde están seguras semejantes peticiones.

Por fuera en el sobre está escrito: "MISIVA INFANTIL PARA LOS MAGOS".
Pol, Pepe
Pol, Pepe


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