Adiós a Paco do Reino

Querida Isabel, hijos, hermanos y demás familia, entre los que se encuentran también amigos tan entrañables como Pili, Joseba, Germán y otros muchos:

La vida es tremendamente corta para saborear la exquisitez de personas como nuestro querido Paco que, escondido en el annnimato, vivió para ser amigo fiel, sincero, humilde, valiente, honrado, inteligente, luchador, angel de exquisita sensibilidad, que se derritía, con aquella sonrisa de bondad, para ser marido, padre y abuelo ejemplar. Nada hay más hermoso que vivir para hacer felices a los que nos rodean y, repasando su vida, no encuentro momento en que no lo viera preocuparse por el bienestar de los de demás. Ya fuese en su juvenil faceta de músico como cuando iba a los calamares.Y como cazaba al vuelo las necesidades ajenas. ¿Recuerdas, querido Paco, los adornos de la mesa en Naseiro? Ayudabas tú.

En este mundo absurdo que nos toca vivir, donde aplaudimos idolos de barro y nuestros próceres. en su mayoría, son un triste e insufrible montón de ladrones, resulta reconfortante, como contraprestación, recordar a Paco, no sólo por su honestidad a prueba de bomba, sino por la hombría y terrnura con que cantaba sus composiciones o las de su hermano José Vicente, de quien tan orgulloso se sentía. ¿Recordáis Naseiro? La grandeza de la vida es saber disfrutar de la inconmemsurable y exquisita calidad humana de algunas personas que, como Paco, hacen de la sonrisa y el perdón las divisas de su vida.

Hoy tanto en Viveiro, donde tanto disfrutaba de la familia y amigos, a los que tanto añoraba desde su Amurrio de adopción, como en la acogedora ciudad vasca, que tan generosa resulta para vuestra familia y a la extrensa colonia de emigrantes vivarienses, hoy, repito, en ambas ciudades hay un aire de dolor -en Colmenar Viejo también- que sufre tan cruel ausencia. Y es que lo exquisito, las joyas escasean.

Los que vivimos en el mundo del corazón, que nada tiene que ver con la televisión, que compartimos sentimientos con la gente sin otros roles que la sinceridad, el trabajo, la lucha por la vida, la ilusión por compartir, ajenos a envidias y maledicencias, con nuetros errores y aciertos, sabemos quienes somos y a quien queremos y Paco siempre fue saga de Reinos. Y los Reinos tienen ADN de gente de especial sensibilidad, buen gusto y esas virtudes tan hermosas que los adornan. A Diios enviamos con anterioridad a su hermano Manolo, tan querido nuestro, y a la famosa Reina, madre de ambos, que a tantas generaciones de vivarienses nos deseó, desde la ermita de San Roque, el librarnos de peste y males...

Hoy, desde Colmenar Viejo, Maika y yo, queremos sentirnos abarazados con Maria Isabel y los suyos, con vuestros Alex y Raquel, que tanto llevan luchando para ayudaros, con José Vicente y su familia que, en palabras tuyas, siempre está ahí ayudando sin regatear esfuerzos. Nosotros ya conocemnos la calidad humana de Pili, Joseba, Germán... y también la gran estima que agradecemos de familias vecinas de Viveiro.

No hay mayor satisfacción en la vida que sentirse satisfecho del trabajo propio. Y vosostros habéis echado el bofe, como vulgarmente se dice. Así que con una sonrisa de gratitud despidamos a Paco porque sabemos que las personas como él siempre están en el cielo, con las estrellas, para iluminar nuestros caminos. Gracias por su vida y ejemplo.

Y para vosotros un abrazo infinito de los dos.