Cambiemos los remos

Las personas inteligentes siempre son inconformistas con sus conocimientos, porque saben que estos son limitados, y procuran buscar la excelencia. Sin embargo, en una atmósfera de mediocridad como la actual, difícil es encontrar ese tipo de personajes y mucho más que su labor sea altruista. Por ello conviene saber distinguir bien para valorar la honestidad, la valentía, el esfuerzo, la capacidad de lucha, la generosidad...

Nuestra sociedad se ha enfocado a posicionamientos falaces y así se entremezclan conocimientos con fama; dinero con honradez; sinceridad con ser políticamente correcto;claudicar ante chantajes para vivir con comodidad; presumir de luchador con publicidad apropiándose de méritos ajenos … en medio de unas redes sociales que encumbran o vituperan según quien pague. Objetividad y vergüenza se llevan mal.

Vivimos en un mundo donde los que mandan, es decir, los políticos, son, por lo general, "chorizos" oportunistas; tramposos con titulaciones falsas; oportunistas sin trabajo que ven en la política la solución a sus problemas;élite de racistas tergiversadores de la Historia, para seguir viviendo de los esclavos modernos, con súbditos demagogos tabernarios o lideres de faceboock. Personajes por medio de muy baja estofa educativa y cultural, con escaso o nulo conocimiento de la realidad, vividores en busca de protagonismo y, sobre todo, osados petimetres dispuestos a lo que haga falta con tal de esquivar el esfuerzo que supone la responsabilidad y el trabajo.

No hace falta ser una lumbrera para sentir pena y vergüenza ajena...Los nombres, querido lector, están en su mente.

Con este personal ya se observa que a la hora de votar robar carece de importancia; mentir es parte del juego del descrédito del adversario; calumniar es aceptado en el juego del descrédito y cometer delitos siempre es escusado por los afines. Podemos ver la corrupción endémica; la cara dura de quien da clases de ética después de engañar a Hacienda; quien habla de amor al prójimo y se convierte en azote de emigrantes; quien predica igualdad y acaba siendo parte del consejo de administración de una gran empresa.

Y en esta vorágine de mentira y codicia vivimos embarcados en una nefasta evolución humana. Una evolución negativa por la pérdida de los valores más esenciales como la fraternidad, la igualdad y la justicia. Hemos hecho de la política, negocio; de la justicia, política; de los principios, plastilina; del amor, egoísmo; de la amistad, interés; de cualquier dios, dinero; del trabajo, esclavitud; de las ciudades, infiernos; de la Historia, nuestra particular biblia; del progreso de los barrios,suburbios;de la caritativa obra de caridad enseñar al que no sabe, es decir de las escuelas, guetos; de la fama de cualquier soberbio, un dios; de la familia... ¡vaya usted a saber !

Lo cierto es que se nos acabó la generosidad hasta con los propios y, por supuesto con los ajenos; se nos agotó la capacidad de sacrificio y con ello hemos visto proliferar como hongos los fondos buitres- nunca mejor dicho- y vemos como roban la pensión de los mayores con el beneplácito de las autoridades. Lo cierto es que también acaparan hospitales, viviendas, cosechas, licencias de eólicos, bancos y hasta el susum corda.

Pero mientras seguimos en la indolencia; en la comodidad egoísta, que se volverá contra nosotros; en el pasotismo más absurdo sin tratar de revertir la situación. Y tanta abulia, apatía o displicencia nos resultará muy cara, porque el mundo camina del revés y va siendo hora de que nos enteremos.