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Dientes de oro

lunes, 21 de junio de 2021
Había una vez un hombre muy humilde , por lo que los alimentos que consumía eran naturales. Un día fue a una revisión dental y, efectuada la misma, le dijo el odontólogo:

- "Tiene usted un tesoro en la boca, sus dientes son de oro."

Marchó feliz porque creía que ya no era pobre que sus piezas dentarias eran de ese apreciado metal. A quien se encontraba le comentaba lo que le comunicó el dentista y todos los que oían quedaban sorprendidos diciéndole:

- "Nos alegra mucho. Felicidades!!"

Al ser tan hablador llegó la noticia a un par de ladrones quienes se pusieron de acuerdo para sorprenderlo en despoblado y darle tal paliza que le saltaran los dientes. Un atardecer le asaltaron los bandidos gritando:

- " Danos tus piezas de oro!!"

Quedó en el camino apaleado y moribundo. Unos vecinos lo hallaron y , avisando a los servicios sanitarios fue llevado al centro hospitalario. En la ambulancia el hombre se quejaba llevándose las manos a la boca:

"Ay, pobre de mí , llevaron mi fortuna!!."

Uno de los enfermeros le preguntó:

-"¿Le quitaron su cartera?"

Él contestó:

-" Mucho peor, llevaron mis piezas de oro."

Entre tanto, los forajidos muy felices con el botín dentario, fueron a otra ciudad a vender esas piezas y, cuando esperaban recibir una buena cantidad de billetes, el empleado del establecimiento riéndose les respondió:

-" Estos no son dientes de oro, son incisivos y molares muy sanos, pero imposible que sean de ese metal ."

Los atracadores marcharon muy enfadados y, al salir del pueblo, pasando un puente los tiraron a las riberas de un río que, casualmente discurría cerca de la morada de aquel campesino.

Los maleantes fueron detenidos por los agentes acusados no por robarle pero si por lesionarle . El herido se repuso y , ya en su casa, bajó un día por agua al arroyo y, grande fue su sorpresa, encontró pequeñas pepitas, estas sí que eran auríferas. Una ninfa emergió de las aguas dulces y así le habló:

-" Cógelas, son partes de tus dientes , en verdad eran de oro."

Recogió todas y cada una de ellas. Fue al odontólogo quien al verle desdentado dijo:

"¿Qué le ha pasado? ¿ Qué fue de su buena dentadura?"

Le explicó lo sucedido y , sacando una bolsa con las pepitas le propuso:

-" Doctor, reconstrúyame mi dentición, pero ahora llevaran visible el oro que antes no mostraban , pero solamente usted y yo lo sabremos; por eso , como no tengo herederos, dejaré establecido que en pago, cuando muera, queden para usted.2

El dentista repuso:

-" Gracias, no puedo aceptar eso, son suyos."

Pasados años , notando que iba a finar cogió su dentadura postiza y al río la arrojó. En aquellas aguas se esparcieron nuevamente en múltiples pepitas . Sabedoras las gentes fueron muchos quienes venían al río aurífero a buscar lo que nadie pudo encontrar, los dientes de oro que solamente gozan las bocas humildes.
Pol, Pepe
Pol, Pepe


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