Un colega generalmente bien informado -porque tiene hilo directo con los "Caballeros"- me decía ayer que el descalabro madrileño había llevado alta preocupación a la cúpula socialista gallega. Teme Gonzalo Caballero y sus afines que se acentúen las prisas reformistas de Pedro Sánchez tras el fracaso de Madrid y se inicie un proceso de primarias en toda España, que hoy por hoy no les favorecerían.
Hace bien en preocuparse el líder de los socialistas gallegos porque en la ejecutiva del PSOE de este jueves pasado no se hizo autocrítica, mas bien se puso el ojo en los líderes autonómicos gastados por el tiempo y por los resultados anteriores. De momento, antes que a Galicia la reforma va a llegar a Andalucía, en donde la dirección federal ve a Susana Díaz como un lastre del pasado que hay que cambiar por un mirlo blanco que, a simple vista, tampoco aparece.
Mi colega cree que, los planes de cambios del jueves responden a una maniobra de distracción ideada en la Moncloa para que nadie cuestione el liderazgo de Pedro Sánchez tras el fracaso de Madrid. Estoy de acuerdo en que los asesores del presidente son sibilinos hasta ese extremo, pero no sería necesario tal ardid porque nadie se atreve a arremeter contra el líder en un foro tan reducido.
Lo de Susana Díaz, como es público y notorio viene de viejo; bien se conocen las fraternales batallas políticas que libraron ella y Sánchez por un quítate tú que ahí me pongo yo. Pero que se vayan poniendo en fila los actuales mandamases autonómicos porque pocos van a seguir como virreyes de este socialismo al que han traicionado con la derecha muchos votantes madrileños de dios.
