Día internacional del libro

El pasado día 23 de Abril se celebró el Dia Mundial de Libro, acto simbólico propugnado por la Unesco, coincidente con los fallecimientos en el lejano año 1.616 de ilustres personajes del mundo literario como Cervantes, Shakespeare y Garcilaso.

Quizá en el mundo actual, hedonista y estresado, resulte algo exagerado el propósito de dicha celebración, pues salvo en ambientes ligados a la cultura del libro, dicho evento ha pasado prácticamente desapercibido.

Históricamente el libro ha sido el formato más antiguo y duradero para la transmisión del conocimiento y la cultura.

Sus antecedentes se remontan a los años 4.000 A.C, teniendo como soporte las tablillas de arcilla; posteriormente los papiros y los pergaminos, hasta que en el siglo VI la aparición de la imprenta revolucionó el mundo del libro e impulsó su difusión en todo el orbe. Entre los libros más leídos figuran la Biblia, la Odisea de Homero y el Quijote cervantino. En su profuso recorrido histórico el libro ha sufrido constantes ataques derivados de conflictos bélicos, políticos, ideológicos que provocaron la quema y destrucción de bibliotecas y ejemplares de la más variada tipología.

En este mundo actual, prosaico e iletrado, la lectura y consecuentemente el libro están en franca decadencia, existe una especie de biblofobia que afecta especialmente al clásico y usual libro de papel, que está siendo sustituido por la digitalización: redes sociales, pantallas, tablets y especialmente el libro electrónico, lo que está provocando el crepúsculo de libro como soporte físico de la escritura y medio de comunicación del pensamiento y la cultura. En esta época de nihilismo y melancolía el ordenador es el animal de compañía. El libro convencional está afectado por una especie de pandemia digital.

En el origen y promoción del libro intervienen tres actores principales: el escritor, el editor y el lector. El escritor es el principal actor, sin su ingenio, creatividad y generosidad el libro no sería una realidad. Más si el lector desaparece o languidece el libro correrá la misma suerte. La decadencia del libro se refleja en el declive de las librerías, cada vez más escasas en nuestros días.

Al margen de su contenido, el libro físico y convencional tiene otros atractivos: pasar las páginas, tocar y oler el papel. Abrir un libro es como abrir la mente.

El libro habla sin voces, en silencio, es fuente de sabiduría, y alberga entre sus páginas múltiples y variados contenidos: ciencia, historia, relato, novela, ficción y poesía.

No obstante, es evidente
que no todos los libros
que sobreviven en el mercado
merecen la calificación de aprobado
y corresponde a la sapiencia del lector
elegir siempre el mejor.
La lectura es una terapia emocional,
una evasión mental,
un refugio contra el tedio y la soledad,
La adicción a la lectura
no tiene cura.

Refranero
- Un buen libro es el mejor amigo.
- Dime lo que lees y te diré quién eres.
- Prestar un libro a un amigo es correr el riesgo de perder a ambos.
- Libros y años hacen al hombre sabio.
- Para un viaje, lleva un libro en tu equipaje.