Besos vacíos

A la memoria de nuestros amigos Mercedes Guillén y Fernando Casas.

Caen tristes los días de besos vacíos
Y en el claustro de su casa camina el caracol
con prudencia, miedo y cansancio.

El corazón, ya muy chiquitito,
roto, duro y gastado,
es hoy mapa de surcos de tristeza y llanto.
Y el alba, antaño sol de la esperanza,
no tiene prisa y se retrasa
buscando un tiempo indefinido.

La vida ayer se llamaba alegría.
Y el abrazo era fruto de sonrisas,
pero llegó él, el valiente exterminador,
con el arma de la revancha,
con un odio incontrolable y sin reparos.

Y por el camino,entre las zarzas,
prendidas, cual harapos estériles,
nos robó las vidas de los amigos.
Y sus trabajos, sus luchas y sus sueños.

Este caracol siempre tendrá un año menos
y en el corazón la cicatriz de muchos
muertos de amor y dolor también indefinidos.

Arrancó las hojas de calendario,
con la rabia de la desesperación,
y borró los días y los meses
con el paño de las lágrimas y el dolor de las ausencias.

Nunca pensó que un caracol pudiera odiar al tiempo,
porque los caracoles no sabían odiar.
Ni nunca quiso pensar que el futuro no existe,
pero ¡tarda tanto!

Mientras, los ruiseñores cantan : Resistiré.
Y el caracol, en su cáscara aguanta,
quiere sacar los cuernos al sol, pero hay nieve.

Sólo le queda seguir soñando.
Sueña con volver a sonreír
entre las flores en la primavera.

Ricardo Timiraos Castro. 16- Enero- 2021