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Carta a los Magos de Oriente

lunes, 04 de enero de 2021
Era un día de diciembre, uno de los característicos de este mes en Galicia en que las casi únicas luces que se ven son las artificiales navideñas que engalanan las calles. Begonte, el pueblo donde adquiere protagonismo esta historia, es uno muy especial pues, ese concello además de las que se colocan en las vías públicas , balcones y ventanas particulares , goza de otra luz grandiosa y espectacular, la que va a cumplir para el 2022 las cinco décadas, sus grandiosas bodas de oro, se trata del Belén Electrónico José Domínguez Guizán.

Allá en aquellos años, los dos Josés, Padre y padre, ayudados por mujeres y hombres que querían iluminar Terra Chá con un fanal espiritual se lanzaron a confeccionar con el cariño propio de todo belenista, lo que hoy es una obra grandiosa, singular atractivo turístico de Galicia. Bien, pues ahí, en uno de esos hogares, sentados junto a la chimenea estaba una noche un matrimonio comentando la situación tan terrible por la que estaban pasando ellos y todos los españoles.

El progenitor cerró un ejemplar de un diario que tenía en sus manos y, mirando a su mujer que estaba cosiendo o calcetando, le dijo.

- " María, esta Navidad que tanto necesitamos rezar en nuestro belén igual no podemos
verlo pues, dada la crítica situación, será imposible acercarnos hasta allí ."

La mujer en tono de tristeza responde:

- " Puede que, lamentablemente, así sea."

El niño que rondaba unos diez años de edad, levantando su vista de los papeles que tenía sobre la mesa, interviniendo en la conversación, les comenta:

-" Eso está solucionado ya; pues hace días entré en la página web de nuestro belén y leí que en esta edición no se le puede visitar, pero será él quien vendrá a vernos. Sus organizadores han dado un paso muy grande haciendo que esa luz de espiritualidad que tanto necesitamos acuda a todos los hogares que lo deseen. Ahora sí que es una estrella en Terra Chá, sus destellos desde aquí a todos se propagará. Quien iba a decirles a sus primeros fundadores que todas esas figuritas, ese cuadro de tres dimensiones , gracias a la tecnología, estaría esta Navidad en nuestros hogares."

Los padres le contestaron con júbilo:

-"! Qué alegría!, pues si nos faltaba careceríamos de la luz más grande de nuestra vida. Ya sabía yo que sus organizadores y nuestro regidor, personas tan preocupadas por todo lo relacionado con Begonte, harían lo indecible para que la luz que tanto esfuerzo cuesta mantener no se apagara en este grandioso pebetero de vida de Terra Chá."

Luego cada uno siguió con su distraída ocupación y, pasado un rato, la madre volviendo sus ojos hacia la mesa donde escribía el niño, quien tan absorto se hallaba que aunque lo llamó varias veces no contestó, con amabilidad le dijo.

-" Hijo mío, habrá que acostarse, es ya tarde".

Por fin, el pequeño , pidió disculpas a sus padres:

-" Perdonad, estoy muy concentrado rematando ya la carta a los Reyes Magos"

El progenitor, haciendo un guiño de complicidad a su madre, susurró:

-" Hijo, no están tan buenas las épocas para escribir una lista muy larga, ya que por lo mucho que tardas debes estarles pidiendo muchísimos regalos."

El pequeño doblando la misiva y metiéndola en un sobre contestó lacónico:

-" Solamente deseo que traigan tres cosas._"

Acercándose besó a sus padres y se retiró llevando consigo lo escrito. Lo colocó sobre la mesita de noche y, cuando ya el niño placenteramente dormía, como hacía siempre a esas horas, su madre entró en el cuarto del pequeño y, como tenía miedo de que el niño hubiera pedido regalos imposibles, después de dudarlo un ratito, cogió el sobre y salió con él de la habitación y, en su dormitorio conyugal al esposo esto le leía:

"Navidades 2.020
Queridos Reyes Magos:
Soy un niño español, gallego y lucense para más exactitud aunque, podía ser natural de cualquier otro punto cardinal del orbe; pues , queridos Reyes, como bien sois conocedores, la risa y alegría de la infancia es igual en todos los pequeños sea nuestra piel de cualquier tonalidad y color. El corazón infantil, siempre lleno de inocencia y ternura, es idéntico en esta maravillosa etapa de la vida aunque, lamentablemente siempre está en peligro de que, cualquier Herodes paralice con su tiránico proceder el bello palpitar de ése.
Bueno, majestades, supongo que , dada vuestra alcurnia y el respeto del que sois merecedores sumado junto a la trascendencia que vuestra presencia nos aporta , estaréis en posesión de una real cédula o decreto que os facilite recorrer en estas datas los diferentes lugares del planeta para traer más dicha a los seres infantiles; pues vuestra encomiable labor es trascendental para el desenvolvimiento normal de la infancia. Al ser un trío de personajes y viajar manteniendo y respetando la distancia de seguridad, la que tenéis asegurada en ese medio de transporte tan ecológico, las monturas de esos camellos, seguro que ningún problema tendréis para desplazaros ya que, los que siguen la estrella navideña no pueden encontrar impedimento alguno.

Otros años, por estas entrañables fechas , el que escribe esta epístola , después de aseguraros plenamente que había tenido un comportamiento ejemplar, salvo alguna pueril e inocente travesura, os pedía una lista interminable de regalos donde no faltaban los de las modernas tecnologías, pero, soberanos, en este año , el que nos ha hecho cambiar muchas cosas, también consiguió que este niño madurara mucho y, la lista de peticiones se reduzca a lo básico y fundamental; de nada sirve pedir juguetes que lo único que aportan es fomentar en nuestro ser la desmedida ambición y el consumismo haciendo que no disfrutemos de la maravillosa infancia y, sin estar en época de pandemia, nos confinan el uso de esos artilugios en la soledad de nuestro cuarto, olvidándonos de lo que en la pasada primavera, cuando hubimos de estar confinados, tanto echamos de menos, el juego y la bonita relación con nuestros amigos en un parque o en otro sitio de esparcimiento lúdico.

Os voy a pedir tres cosas, tantas como son vuestras personas pero, el orden de aquí exponerlas no supone preferencia pues son todas ellas básicas y fundamentales.

Una, es el oro. No, por favor, no os asustéis, no interpretéis que soy un niño egoísta y materialista que quiero rodearme de la opulencia, par mi ese vocablo no va asociado a ese preciado metal. El oro que ruego dejéis en mi balcón, al que tanto nos asomamos para aplaudir gestos solidarios en aquellos meses, es ese trabajo que necesita mi familia y tantas otras; ya que mi padre trabajaba en Alcoa y ahora está en el ERTE . Mi madre era camarera en un restaurante y actualmente está en la misma situación que él. Deseo que puedan volver a gozar de un puesto laboral para que, con su laboriosidad, en este hogar nuestro entre el oro que nos asegure nuestro cotidiano vivir. Si siguen en esa situación laboral, al igual que muchas familias, la mesa de Navidad estaré triste, esa mesa que en esta ocasión tiene las sillas muy reducidas por lo que, los platos también son escasos como si por culpa del virus también se limitara la asistencia de invitados porque los presupuestos en esta situación de crisis son muy recortados; pero lo que es grande son los sentimientos que quedan muy tocados al ver tan limitada esa relación, pero claro, está en juego el dulce más delicioso, vivir nuestra vida y la de los demás. Haced que no falte el alimento en ninguna casa.

Otro regalo que demando es el incienso de la salud, ese sahumerio que necesitan las casas para que , con su presencia purificadora , estemos inmunes de cualquier riesgo, gracias a ese que nuestra vivienda y la de los demás quede libre del peligro que supone enfermar y caer en las garras de ese Herodes que es este virus. Que los aires que respiremos sean saludables y no contaminados por virus malignos que ponen en peligro nuestras vidas.

El tercero, la mirra social , ella será la que consiga que podamos volver a tener además de química, física, ese contacto y relación social que necesitamos todos y en especial la infancia. Que se aleje el miedo que nuestros sueños no sean pesadillas y, que el abrazar y besar a nuestros amigos y seres queridos sea una tangible realidad y dejemos de tener nuestra sonrisa escondida y llena de pánico. Que esa mirra traiga a las casas de Galicia, España y el mundo muchísima paz y tranquilidad para que dejemos de vivir en esta tensión horrible.

Majestades, traednos a todos los niños del mundo y , por supuesto, a todos aquellos que tengan ilusiones en su vida, esta trilogía de regalos:

Oro, de trabajo para los adultos. Incienso de salud para todos y, de modo especial para los más delicados y frágiles y, mirra que logre la fusión y libre relación social, tan necesaria en la escala de Lersch para desenvolvernos en esa dimensión que nos proyecta al mundo y nos hace crecer desde nuestro entorno al más global y universal.

Preparados estamos para recibir de vuestras manos todo esto que, aunque se resume en tres palabras pueden considerarse como si fueran la misma Santísima Trinidad, tres inmateriales regalos envueltos en el mejor de los paquetes, el de papel no de colorines vistosos pero si de la más grandiosa felicidad, las bellas y dulces espirituales palabras ; por eso al desenvolverlo hemos de hacerlo con sumo cuidado para que, por ansiosos por buscar el regalo que contiene, nos olvidemos y se rompa y apague, la que nunca debe estropearse, la grandiosa Navidad, el envoltorio más lindo que contiene la mayor felicidad.

Se despide de vuestras majestades este niño esperando que, cuando sea adulto, en cada Navidad nazca en el portal de mi pecho el amor fraterno; pues ese es el mejor espejo donde, llenos de regocijo se miran los ojos de Dios al ver que su Hijo tiene el grandioso regalo, el entregarnos cada jornada a adorarle llevando una vida humilde, sencilla pero llena de los más grandes y humanitarios valores.

Fdo. Un corazón creyente, niño hoy y el hombre del mañana.

Al terminar su lectura, rápidamente y de puntillas para no despertarlo la llevó hasta donde la tenía el chico y, después, cuando recobró el aliento, por leer algo antes de tiempo, abrazó a su marido diciendo:

-" Amor, es muy generoso nuestro hijo pues pide para todos."

Al otro día el niño entregó a un paje real su misiva que la metió en su saco con una enorme cantidad de epístolas. Pasaron los días y cuando amaneció el seis de Enero al despertarse no fue a buscar nada al árbol de Navidad, pero con sus brazos abiertos le esperaban sus padres emocionados y le decían.

-" Amor, han pasado los Reyes y nos han dejado para ti esta nota ."

El niño la cogió y en voz alta la leyó:

-" El carbón se lo hemos dejado a Herodes y, para Galicia y toda España trajimos lo que tú pediste, por eso desde hoy volveremos a la normalidad y, para la clausura del Belén Electrónico José Domínguez Guizán allí podréis estar. Un abrazo de la más grande ilusión."

Aquella familia muy contenta quedó pues, todas las cartas que llegaron eran noticias de seguridad laboral, paz y dicha en ese nuevo año. Las figuras del belén recobraron más energía al saber que el mundo libre se veía.
Pol, Pepe
Pol, Pepe


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