Enhorabuena! (A Miguel Sande)

Querido Miguel:

Ayer, al saber de tu éxito con el libro de poemas "LOS POETAS YA NO BRINDAN CON CICUTA", me embargó tal alegría que sólo pensé en comunicarlo a mis contactos con el fin de que puedan disfrutarlo. Y, por ello, me olvidé de felicitarte sinceramente. Hay cosas tan obvias que como decía uno de Galdo: ¡Eso ya!. Por supuesto que sí, que mi más sincera y admirada felicitación.

En tiempos en que todo vale y se mezclan las churras con las merinas, dicho sea con la consideración debida, resulta también cierto que hoy la poesía también está sufriendo a los intrusos "decoradores del aire" que bailan con el diccionario y lo retuercen, lo exprimen y suben a los cerros de la gloria para dejar en el lector un poso de vacío y superficialidad que nada aporta a la poesía; sin embargo, TÚ llevas esa estrella y el cantar de los que habla Curros a Rosalía, y que yo ya percibí desde aquel día en que te conocí en la tertulia del Club de Arte de Madrid, vestido de soldado, y sin saber, ni tú ni yo, que algún día no volveríamos a encontrar en Viveiro : tú, como Director de la Voz da Mariña, y yo, como nativo de la ciudad del Landro.

Perdóname la presunción si digo que gozo de olfato o tengo un radar para saber quien es realmente poeta y quien no. Evidentemente, no reparto carnés, ni siquiera los descubro, simplemente los rehuyo y me quedo con lo que a mí me parece válido como lo tuyo. En alguno de tus poemarios recuerdo haber leído: "Despois de mirar ao mar, xa non se pode ser inocente” y tú ya no lo eres.

Decía una culta esposa de un amigo, catedrático de Literatura: "Una simple frase hace a un hombre poeta". Evidentemente, tú poesía está preñada de vida, reflexión y belleza. O, como el viejo Sócrates, ante su muerte por cicuta, también quiero pagar la deuda contraída contigo.

Y me retrocedo a principios de los ochenta porque entonces vi que llevabas en el petate de la timidez un hermoso ramo de rosas de sensibilidad y que aquellos sueños, que hablaban de una anciana abuela da Pastoriza, traslucían una preocupación por un mundo de mayores que tan bien reflejabas en aquella aproximación al mundo de los geriátricos.

Pero nada se te escapa cuando, por ejemplo, visitas Cuba, y te duelen las pétreas caras de aquellos ancianos gallegos conocedores de su cruel destino...o aquella reflexión: "o egoísmo, quizabes tamén a comodidade, poden chegar a unha concha máis dura que a das tartarugas que vemos no criadeiro de Cayo Largo" ( CUBA, DOCE E SOTURNA- 1994)

Cuando empecé, sólo trataba de escribirte una carta de felicitación, pero conviene que el lector sepa también que Miguel Sande ya nos es aquel novel chaval, que con tanta maestría nos presentaba Antonio Fraguas en su primer poemario "ersos primeros", sino que es hoy un autor consagrado, reconocido y premiado, tanto como poeta como autor teatral, y nos deleita con una extensa obra digna de mayor estudio y reconocimiento.( en mi biblioteca de Madrid hay siete de tus libros y sé que en Viveiro al menos uno). Y como, aún no pude disfrutar de los versos de la "Cicuta", permíteme que prefiera un buen albariño. Brindaré por ti.

Los amigos de verdad se alegran de los éxitos de aquellos que quieren y también saben con quien se puede contar. Por eso comprenderás ahora, o quizás ya antes, que cuando te pedí que presentaras mi libro "Se Deus se namorase", a principios de siglo, sabía que podía confiar en ti. Esa es mi deuda.

Hoy es para mí un verdadero placer y orgullo escribir estas sencillas palabras, alejadas de la afectación y de los plumíferos elogios, pero rebosantes de alegría y sincero cariño. Y así seguiremos, cada cual con su camino, para servir a los demás y luchar por lo que queremos.

Un mogollón de abrazos y parabienes, extensivos a los tuyos.