Estoy en un banco del parque,
junto al lago.
La barba crecida de meses,
la mirada fija en el agua verde.
Todo alrededor es azul.
Hace un frio de muerte.
Pienso en los peces coloridos que andan
por el lago artificial.
Estoy sumergido en esa idea.
En los peces,
en el estúpido lago artificial.
Hay gente corriendo,
gritando.
Se escuchan disparos y sirenas.
Algo está por pasar en cualquier momento.
Y sólo puedo ver los peces dar vueltas sobre sí mismos.
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