El pote quirogués
							Pol, Pepe - lunes, 26 de octubre de 2020
							          El  diablo   dicen que  no descansa y  no por conseguir   ser   el amo  de los cielos; ese  maléfico  personaje  no encuentra  sosiego ni calma  porque  su caldero,   de tanto tenerlo  al infernal  fuego expuesto,  posee  ya  muchos orificios   y  está todo  él ennegrecido. 
 Un día,  recorriendo los caminos de  la vida,  encontró a  un buhonero  al que le preguntó:
- "Buen hombre,  necesitaba  el más grande  pote, pues  el que tengo  está todo  estropeado o, si viene conmigo,  podría  reparármelo".
El  cacharrero, que   no era  tonto,  comprendió  que,  tras aquellas amables  palabras,  se  escondía  el mismo demonio   y, como buen gallego, así le contestó:
- " Señor,  de buena gana le  acompañaría  para  solucionarle ese problema  pero esa situación  solamente  se  la solventaría un buen soldador."
Con la educación que  a los malvados  hay que mostrarles  se despidió de él y,  montado en su acémila,  de aquel bosque escapó.
 Pero  Satanás  siguió aguardando  para  ver si pasaba por  allí un soldador. 
Un día vio venir  a un afilador. Lo reconoció  por la rueda  y porque venía tocando  su silbato. De pronto  al camino  le salió :
-  Buen día tenga, afilador
Él  le respondió:
-" Para usted  también, señor ¿ Desea afilar  algún cuchillo  o tijeras?.
Lucifer, con malicia  sonrió, pues  su herramienta , el tridente  que tenía oculto  bajo  su  alquicel, gozaba  de  muy buenas puntas y bien afilado  estaba y, así  le dijo:
-"No, señor,  tengo todo  con muy  buen filo , pero  el problema  que  me agobia es que,  un gran  pote que poseo está perforado con muchos orificios  y  sumamente desgastado. Tiene más años que el mundo".
Riendo para disimular  lo que sin querer había dicho, cosa excusada y que no  hacía falta; pues el honrado  hombre  ya  se había percatado  de ante quien estaba.
El  afilador  que no era necio, para burlarse  de  aquel   le aconseja:
" Pues, hay  que tirarlo  y comprar  otro  aunque  usted, por lo que me dice, necesita   uno muy grande  y de gran calidad.  Vaya un día  a  la feria    de Quiroga  que se celebra  los 10 y 27 de cada  mes  y allí  encontrará  el mejor ejemplar."
Ese ourensán  le recomendaba  esos mercados del mes  no para que  los  comerciantes de esa Villa  hicieran buena ganancia; lo hacía porque , como  no  tenía muy buena relación  con los naturales de ese pueblo, al percatarse  de  que era el mismo demonio , se lo  deseaba mandar.
Una vez que  Lucifer  se enteró, en la   conversación mantenida con el afilador, donde estaba  ese pueblo,  se despidió  de  él también con los modales  propios del taimado y ladino. Presto,  cuanto que  llegó un día feriado  de Quiroga,  en la Villa se  presentó.  No le hizo falta  recorrer los puestos del mercado  buscando  un caldero  ya que ninguno sería  como el que estaba  viendo, el que conforma ese hermoso Valle . 
 
Satanás  al  contemplarlo  exclamó:
-"Qué lindo! Este es el  caldero que preciso!!  Voy a llevármelo  al averno  Es magnífico  y grandioso !"
Meditando  como  apoderarse de ese recipiente   se acercó   a beber  agua a las orillas  del Sil y descansar un poco  bajo  unos sauces, pero se olvidó  Mefistófeles de que  todos  los  potes  mágicos  tienen  custodios que los amparan y protegen. Uno de ellos  es  este río. Cuando estaba bebiendo  quedó  abrasado  por el calor  que  ese desprendía  pues  esa lengua de agua  cuida   de  este recipiente. Al mismo tiempo   los montes  le arrojaban  grandes  peñascos  para aplastarlo, ya que  estas elevaciones no  son más que  grandes gigantes  encantados que están  formando orográfica cadena  custodiando a  este pote.  
Le gritaban  al demonio:
-" Fuera  de aquí!. Este  caldero  no es de bronce, está hecho de aleación de barro y oro  ."
Y por si no le  bastara,  tras él, que huía  despavorido,  se  abalanzaban  brazos muy largos  terminados  en garras:  eran los sarmientos  de las vides  que le perseguían .   Por  A Labrada  arriba  desapareció   y  nunca más  quiso por  allí volver  conformándose  con su  pote  que, aunque deteriorado  y viejo,  para lo que  lo  quiere le sirve de más  y, el del valle de Quiroga,  bendecido por la Virgen de la Remedios, que fue la única  que,  con su  bendición, evitó  que ese maléfico ser  nos dejara sin este  natural caldero, siempre   aquí estará  para hacer  el mejor caldo,  esos  vinos  tinto o blancos  que  quien los prueba  se reconforta  quitándole el frío de la vida   y librándole  de  demoníacas apariciones. Por eso  cuando  algún demonio joven  le dice  a  Satán:
-"  Es Feria del Vino en Quiroga. ¿Vamos  allí? "
Se enfurece y prorrumpiendo  en alaridos  exclama:
-"   Como me entere  que  alguno de nosotros va  a ese  perol, lo marco con estas trébedes  y lo  asaeteo con mi tridente ; pues   me han dicho que el que bebe  de él se torna    anacoreta  y, en esos montes  para siempre  queda."
Ante  esas `palabras  todos declinan  esa  idea pero, un día  una joven demonia, muy guapa,  no pudiendo resistir tal tentación,  se escapó  de los infiernos  y a esa fiesta acudió. Le gustó tanto  que  para siempre aquí quiso quedar. Solamente  toma aspecto femenino  en la Feria del Vino para beber y disfrutar  como  una joven más  y, al rematar  esa  fiesta desaparece  pero,  cuenta  un pescador muy viejo  que, en más de una ocasión, la  ha visto  tendída tomando el sol  en una  peña  junto al río  y es    una sirena   lindísima   que  en las aguas del Sil  habita  y hasta  a la misma  Quiroga  hubo quien le llamó  La  Sirena  Durmiente  del Sil, puede  que  en  memoria  de la  que dejó  los infiernos  para venirse  a este Valle  de gloria.
							
							
 
							Pol, Pepe