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La necesaria concordia

lunes, 26 de octubre de 2020
Escribía Salvador Espriu: “ Al iniciarse la Guerra civil, yo me sentía republicano y partidario del concepto de una España federal. Por tanto, no deseaba entonces, ni deseo ahora,el enfrentamiento sino la concordia. Sufrí mucho, espiritualmente, porque sufrí por ambos bandos”.

Quizás pudiera yo reafirmar punto por punto su escrito, pero hay dos matices que me gustaría clarificar: Para mí la guerra fue incivil. Sacó a relucir odios y miserias de tal forma que no creo que merezcan el término civil. Civil quiere decir ciudadano y aquello supuso barbarie, brutalidad, envidias, rencores y toda la ruindad del ser humano, que siendo también noble y limpio, en el caso de la maldad, puede llegar a ser muy increíblemente dañina. Tampoco mi dolor, siendo eterno y muy profundo, dada la edad que nos separa, merece ser comparable con el de Espriu. Él lo vivió, yo sólo lo compartí.

Y uso el pretérito perfecto porque volver y revolver actuaciones y agravios no creo que sirva para otra cosa que revivir enfrentamientos que, ochenta y un años después, debieran ser superados. No, no se trata de olvidar ni de renunciar a las legítimas reparaciones, sino de perdonar y dar paso a la concordia que es tan necesaria como urgente. Ciertamente, la guerra incivil, sacó a la luz las peores vergüenzas del ser humano, así como los más nobles sentimientos, pero cada persona tiene su conciencia y es ésta, y no otra, la que ha de juzgar las actuaciones. Y para los creyentes, su Dios.

Viene esto a colación porque, a mi modo de ver, la actual coyuntura política lo requiere. Nada nuevo hay en nuestros dirigentes que no sean insultos y descalificaciones mutuas, así como actuaciones más propias de circo que del Parlamento; pero existe una emergencia mayor en la sociedad como la situación sanitaria y económica. El virus, como vemos, es sumamente contagioso y peligroso y, por otra parte, el parón económico es también de mucha gravedad. Evidentemente, cada cual cuenta la feria según le va en ella.

En estas graves circunstancias es cuando más precisa es la concordia. Hay que superar las eternas rencillas y enfrentamientos; permitir la coordinación de las autoridades para superar la pandemia; colaborar con nuestra actuación en lo que se nos demande; ser conscientes de que nos esperan tiempos duros con decisiones impopulares; cerrar en el fuero interno de cada uno la sed de venganza; sembrar en los violentos sentimientos de paz y sosiego; huir y rechazar posturas que atenten contra los derechos humanos; ser comprensivos y generosos con quien sea preciso; respetuosos con los discrepantes; aprender de las lecciones que nos da la barbarie y el fanatismo; inculcar el valor de la cultura como camino a la tolerancia; colaborar cada uno desde su puesto con esa necesaria concordia.
Timiraos, Ricardo
Timiraos, Ricardo


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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