Hablan de nuestra historia. Son el máximo exponente de la tradición gallega y de nuestra manera de ser. Guardan cientos de momentos y testimonian el legado de nuestros antepasados.
Castros, iglesias, mámoas, petos de ánimas, cruceiros, pazos, hórreos
Todo esto forma parte de nuestro patrimonio. Un patrimonio que es responsabilidad de todos y cada uno de nosotros. Pero siempre hay quien no cumple con la obligación de protegerlo y en su lugar, lo agrede, lo maltrata e incluso lo roba o destruye.
Y en otras ocasiones, la infracción pasa por descontextualizar el patrimonio de su entorno. El hotel Los Escudos, en Vigo, fue el resultado de la rehabilitación de un pazo en el que aparecieron docenas de escudos originarios (procedentes) de otras casas solariegas.
En casos como este, el lugar de procedencia del escudo pierde la información heráldica que permite conocer su historia y sus orígenes.
El resultado de una investigación policial fue la publicación que recoge todo el trabajo de documentación e investigación de los escudos, para que aunque no vuelvan a su lugar de origen, no se pierda la valiosa información que contienen. En Galicia hay muchas personas encargadas de velar por el cuidado del patrimonio histórico, cultural y artístico, y de sancionar a quien atente contra él.
El trabajo desde la Administración se complementa con la labor de los cuerpos de seguridad. La unidad del Cuerpo Nacional de Policía adscrita a la comunidad autónoma gallega se encarga, en colaboración con la Guardia Civil y el mismo Cuerpo Nacional de Policía, de salvaguardar todos los lugares y objetos de valor histórico y cultural.
Cuando la infracción se resuelve por vía penal, es la fiscalía la encargada de juzgarla según lo establecido en un Código Penal que castiga con dureza este tipo de delitos. Aunque quizás la legislación necesite alguna reforma y actualización, la jurisprudencia gallega actúa de forma contundente cuando se trata de proteger nuestros monumentos.
Lamentablemente, los atentados contra el patrimonio de nuestra tierra existen, y los robos de objetos de valor patrimonial, también. Sancionarlos es trabajo de todos estos organismos, pero la prevención es muy importante para evitar, en la medida de lo posible, que se produzcan esta clase de delitos.
Y tanto los cuerpos de seguridad, como la administración y la justicia, necesitan de la colaboración ciudadana para proteger lo que es de todos; y en eso, la toma de conciencia es imprescindible.
