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De 1808 a 2008

miércoles, 30 de abril de 2008
A Mariña tuvo su papel en la guerra de la Independencia contra las tropas de Napoleón y el rey José, que usurpó el trono de la familia real española, aunque a la larga, haya historiadores que nos recuerden, como un monarca que comenzó siendo Fernando VI “el deseado”, terminó siendo “El nefasto Borbón”, por sus prácticas despóticas contra la Constitución de Cádiz.

Sargadelos, que comienza su aventura empresarial bajo el contenido de la Real Cédula espedida a favor de Don Antonio Raimundo Ibáñez, un 5 de Febrero de 1791, para ser fábrica de fundición, se transformó en reales fábricas de armamento y municiones desde 1796, permaneciendo fiel al ejército anglo español que luchó contra los franceses, y ello, a pesar, del linchamiento del Marqués de Sargadelos en 1809, acusado de afrancesado.

De los hornos de Sargadelos sale loza, famosa, desde 1804. Pero, los dos cañones que se encuentran a la entrada del Museo Provincial del Mar en San Ciprián, son exponente del papel que desempeñó la factoría, en la guerra contra el francés, ubicada en la parroquia de Santiago del hoy, concello de Cervo, en un paseo histórico que recibe el nombre de Tierras de Azul Cobalto, en honor al color de la casaca que lucía Ibáñez, en el retrato que le hizo, el pintor de la corte, y grabador histórico de los desastres de la guerra, Don Francisco de Goya.

Como decía, mi amigo, el desaparecido cronista de Burela, Don Ricardo Pena, Sargadelos no hubiera sido posible sin su entorno.

El río Rúa, o Xunco, recientemente desbordado a su paso por el souto de Cervo, que abraza a la mar, en la ensenada de Rueta, refugio o llegada para los bucaneros, que quisieron apoderarse de las Reales Fábricas. Ese río que dio energía, mediante la presa que hoy es Paseo de los Enamorados, y que daba energía motriz, a los hornos.

Las minas de hierro, de San Miguel de Reinante, Camino blanco, Mondigo, Campas, San Pedro de Benquerencia, Galdo y Vieiro; junto con las arenas de moldeo que se extraían de Arcoura, ceca de Río Cobo, y por tanto de San Ciprián, eran la materia para las piezas de ferrería.

Y lo más importante. Las 1753 hectáreas de monte, de dónde se obtenía el carburante de los hornos, correspondientes a las parroquias de Rúa, San Isidro del Monte, Castelo, La Bradela y La Rigueira, que conformaban fragas con Madroños, Robles, Castaños, Abedules, Acebos, Sauces, Tojos, Brezos y un largo etc., cuyo manejo a efectos de corta, plantación y conservación, se regulan por Orden de Su Majestad, del año 1799. Como anécdota, sirva, la referencia de un documento de esa fecha, que señala, como en el Partido de Mondoñedo, había censados, 105.000 castaños.

Así, que en este centenario del 2 de Mayo contra la francesada, es una buena ocasión, para recorrer las tierras de azul cobalto desde Rua, hasta el Puerto de las Reales Fábricas en San Ciprián.
Mosquera Mata, Pablo A.
Mosquera Mata, Pablo A.


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