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A Mariña, fábrica de emigrantes

viernes, 03 de julio de 2020
El cierre de la fábrica de Aluminio en A Mariña supone el broche definitivo para confirmar que la Costa de Lugo es un auténtico páramo industrial y nos ratifica en la creencia de que nuestra clase política es incapaz de resolver los problemas que la sociedad demanda. Las elecciones son los tiempos de pasar facturas.

Cierto es que la actividad industrial no es de su exclusiva incumbencia, dado que la iniciativa privada puede ser la dinamizadora de ésta; pero hoy, dada la injerencia de las simpatías o antipatías de los dirigentes, cualquier empresario que trate de instalar cualquier industria necesita, no sólo el placet de las autoridades pertinentes, sino también las subvenciones y otras prebendas que reciben los afines a los gobiernos. Así se las traen los que reiteradamente hablan de altura de miras.

Soy consciente de que la ubicación de la Mariñano es la idónea para muchas industrias, que necesitan infraestructuras que aquí no existen- otro debe en el casillero de los políticos-; sin embargo, hoy hay posibilidades para industrias tecnológicas, que no sólo no contaminan, sino que ofrecen calidad de vida inmejorable.

Pero, sabiendo que suena a utopía hablar de tecnología, ya apenas se trabaja la elaboración de pescado en otras variedades que no sea la conserva o el congelado y resulta inverosímil que la industria de la madera, con la abundancia de eucalipto y pino que hay, pueda cerrar también.¿Será un problema de adaptarse a la demanda? Porque el parquet de eucalipto se sigue vendiendo y los tableros y los muebles de la multinacional sueca también.

Ciertamente, hoy no es fácil encontrar empresas o empresarios dispuestos a invertir aquí, dada la demanda que hay en todo el País, pero ante esta tesitura, convendría quizás en reparar en la cantidad de gente joven preparada para poder desarrollar desde aquí ideas, proyectos innovadores en muchos campos, ¿ por qué no un mini, o no tan mini, Silicon Valley?, que atraiga a esa enorme cantidad de juventud que hemos preparado en nuestra universidad y hoy trabaja con mayor o menor precariedad en el extranjero. Todo es cuestión de cambiar el chip de la política industrial que, si hay, languidece.

A Mariña, lo siento señores, es hoy, más que nunca, un páramo industrial y está retrocediendo a pasos agigantados en su desarrollo económico, que si bien nunca fue para echar cohetes, merced a la fábrica de San Cibrao, contaminación aparte, había supuesto un plato de comidapara la subsistencia de la Zona.

Próximas las elecciones creo que es el momento de pasar facturas de las situaciones que en nuestro vivir diario requieren cambios: mínima o nula actividad industrial, pésimas infraestructuras, deficientes servicios médicos, escasos medios de transporte… porque ser permisivos con nuestros políticos implica que seguiremos así, es decir, quejándonos de que si esto y si lo otro. Mientras nuestros jóvenes y no tan jóvenes, desesperados, huyen de una Tierra que, aun queriéndola, les obligan a abandonarla. Y eso no se puede seguir permitiendo por más tiempo.
Timiraos, Ricardo
Timiraos, Ricardo


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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