Dirigentes para un tiempo nuevo

De tanto leer y escuchar, el ruido nos impide distinguir las voces de los ecos. Pero de repente, algo me sorprende. Conciso, comprensible, acertado y certero más allá del problema, aportando soluciones. "La esperanza en un futuro mejor pasa por un nuevo liderazgo que emerge con el Covid-19. Un liderazgo socialmente responsable basado en la solidaridad y la equidad como valores centrales que permiten un desarrollo empresarial sostenible". ¡Eureka! Entre tanta basura y desesperación, un pensamiento libre, sereno, progresista, capaz de ponernos a todos en marcha con el rumbo a puerto.

Me recuerda aquellas reflexiones de Fabius y Michel Rocard cuando se atrevieron a señalar las perversiones del sistema democrático. Me recuerda la emoción que nos causaba lo que acontecía en la Suecia de Olaf Palmer. Me pone en disposición para repasar las conductas europeístas que lideró Willy Brandt- Premio Nobel de la Paz en 1971- para construir la unidad europea. Presidente de la Internacional Socialista en 1976.

Me anima a insistir. Hagamos de nuestro entorno más cercano el espacio socio económico de autogestión. Solidaridad; Justicia social; Inversión productiva para garantizar los derechos fundamentales y sociales; Fondo de ayuda para cubrir las necesidades provocadas por la Pandemia.

Y algo muy concreto, casi un grito como aquel de ¡indignaos!. Trabajar para producir.
Consumir productos gallegos en Galicia. Impulsar las fortalezas reales de cada Comunidad, sin espejismos propios de la sociedad del ocio -sector primario- Apoyar a las pequeñas empresas autónomas y familiares. A estas últimas, más que darles dinero, lo que hay que evitar son esas medidas confiscatorias basadas en impuestos que pagan nóminas de funcionarios improductivos. Menos políticos y más trabajadores. Ningún asesor que disfrace su lealtad al partido para cobrar.

Necesitamos a los mejores, expertos, creativos, decentes y útiles.

Espero, deseo y todavía confío, en que surjan auténticos patriotas- curioso observar como el inefable admirador de la Venezuela Bolivariana se ha ido adueñando del concepto, entre la ironía y la palabrería tan propia de su estirpe- como Amancio Ortega, que inmune a los insultos ha mostrado su capacidad para ayudar.