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Los bulos NO son libertad de expresión

martes, 21 de abril de 2020
El General Santiago la ha liado parada con su supuesto "lapsus", aunque si fuera tal lo habrían corregido y no lo han hecho.

El domingo todos nos quedamos ojipláticos cuando escuchamos nada menos que al Jefe de Estado Mayor de la Guardia Civil, el General Santiago, decir que lo que dijo pero… ¿qué dijo exactamente? Aunque yo mismo fui de los que puso en redes sociales las palabras del General, también es cierto que desconfío mucho de los cortes abruptos antes y después de las declaraciones polémicas, así que me he molestado en buscar el corte entero. En él dice lo siguiente, textualmente:

“Estamos trabajando con nuestros especialistas en dos direcciones, una a través de la Jefatura de Información con el objetivo de evitar el estrés social que producen toda esta serie de bulos, la otra línea de trabajo es minimizar ese clima contrario a la gestión de crisis por parte del gobierno, todos esos bulos los tratamos de desmentir a través de nuestras redes sociales”.

Una vez aclarado esto, vemos que PP, Ciudadanos y Vox han salido en tromba a criticar el supuesto atentado contra la “libertad de expresión”, y ahí han metido la pata. No por hacer una crítica, sino por responder a lo que nadie dijo. El General Santiago no mencionó nada de opiniones, críticas o ataques al Gobierno. Estaba hablando de bulos, como es evidente en el contexto de la frase, y en ese campo las fuerzas del orden tienen todo el derecho del mundo a investigar y perseguir a quienes se dedican a publicar información falsa que lo único que está haciendo es crisparnos a todos y hacer que no confiemos en nada ni en nadie.

¿Hay una más que obvia contradicción en que un gobierno del que forman parte partidos políticos que calificaron de "fascista" la que ellos mismos bautizaron como "ley mordaza" la aplique con tanto ahínco? Pues sí, por supuesto, pero como ya vimos ayer no se ponen colorados haciendo lo que antes atacaban con dureza y aplicando las normas que juraron derogar. Pero esa no es la cuestión, como tampoco lo era cuando se aprobó esa supuesta "ley mordaza", sino la de qué es lo que se va a perseguir.

La Constitución consagra la libertad de expresión (que en realidad es la de opinión) y la de información, pero añade un matiz fundamental: esa información ha de ser “veraz”. ¿Eso quiere decir que ha de ser cierta? No, quiere decir que quien la transmite debe pensar que lo es. Ya sé, es un sofisma, pero no hace falta ser Aristóteles para entender a qué se refiere. Uno no puede inventarse una noticia, así de sencillo. Es un debate interesante y profundo, porque si entendemos que el Gobierno tiene la capacidad de definir lo que es cierto le estamos dando en realidad la herramienta de la censura, pero no van por ahí los tiros. En cualquier caso en nuestro sistema democrático no es el poder ejecutivo el que ha de dictaminar si alguien ha traspasado esa línea sino los jueces, que para eso los tenemos.

¿Esto quiere decir que no haya que criticar las palabras del General? No, por supuesto que no. Personalmente me parece que el problema de lo que dijo está en la escala de valores. Evitar el estrés social y minimizar el clima contra la gestión del Gobierno son, aparentemente, las dos preocupaciones que el Ejecutivo ha marcado como prioritarios en la lucha contra los bulos, pero no olvidemos que estamos en una crisis sanitaria. ¿Qué pasa con todas esas tonterías que se dicen sobre las mascarillas, los remedios caseros y demás? ¿No creen que es fundamental que la información que recibamos sobre temas que afectan a nuestra salud sea fidedigna? Pues se ve que eso no les preocupa, cuando tendría que ser lo prioritario.

Habrían sido buenas preguntas para hacer al General pero la férrea censura impuesta en Moncloa impidió que pasara el "filtro" ninguna de las cuestiones que los periodistas querían plantearle. Y se quejaban del plasma de Rajoy...

También les diré que muchos de los bulos que andan por ahí son mercancía para tontos. Hay muchísimos tan groseramente falsos, tan fáciles de contrastar que sorprende que algunas personas le den a “compartir” sin el menor espíritu crítico. Normalmente porque quieren creerlos, por terribles que sean, para denostar a un gobierno con el que no están de acuerdo, y esto vale para cualquier "bando".

Recuerden que aquí no hablamos, insisto, de opiniones sino de hechos. Cuando uno comparte un artículo que comienza diciendo “ahora sí que es cierto, que lo he escuchado en la tele”, si no lo ha escuchado en la tele está mintiendo a la persona a la que se lo envía. “Es que me lo mandaron así” dirá el cenutrio… pues macho, lo editas y pones “parece ser que lo dicen en la tele pero vete tú a saber, que yo no lo he escuchado”, porque a estas alturas ya sabemos todos que una cosa es lo que afirma el mensaje y otra la realidad.

Un bulo es un dato falso, una foto trucada, una información desfasada… y a veces son cuestiones que una rápida busca en Google nos ayuda a desmontar sin necesidad de llamar a Sherlock Holmes ni recurrir al laboratorio de física aplicada de Oxford. Cuando le llegue una información “revolucionaria” desconfíe. Cuando le llegue un artículo firmado por un famoso desconfíe. Cuando más intenten justificar la veracidad de la tontería con sellos oficiales y supuestos nombres de cargos públicos desconfíe. Solo los mensajes que tengan enlaces a las páginas web oficiales de los organismos son fiables, aunque ahí entraríamos en otro debate que es el de los “bulos de Estado”, pero eso es otro asunto al que dedicaremos en breve unas líneas también. Quizá mañana.
Latorre Real, Luís
Latorre Real, Luís


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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