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La hora de la verdad

viernes, 17 de abril de 2020
No hay mal que por bien no venga. No sólo tenemos tiempo. Ese bien escaso de esta civilización que ha tocado techo. Tendremos publicados muchos trabajos fruto de la observación y del pensamiento. Y es que ahora hay pruebas objetivas sobre la
necesidad de la filosofía, pues a ella toca ordenar el pensamiento...

Y está el espacio de la conducta. En situaciones desconocidas como la que padecemos. Valoramos la generosidad. Detestamos la miserable incultura que muestran algunos humanoides. Pero por encima de todo, el nivel de preparación de los dirigentes. Tales consideraciones permiten juzgar el sistema que garantiza y organiza la convivencia social.

Confinamientos nunca habíamos vivido. Aunque en mi caso durante catorce años me tocó algo parecido. El terrorismo de ETA, las amenazas de su mundo, saberme objetivo de todos los comandos que actuaban en el País Vasco, me hizo vivir sin libertad, custodiado de forma continuada, asumiendo el riesgo que corría mi propia vida, sin una fecha de liberación. Bien, pues en tales circunstancias, descubrí quienes eran amigos, quienes me dieron la espalda por miedo, quienes me señalaron y trataron de alejarme como si de un leproso se tratara en tiempos bíblicos.

Por eso no me sorprende la condición humanoide de esos miserables que intentan "sacudirse" a los trabajadores sanitarios que residen en sus mismos habitáculos. A mi me hicieron algo similar en el edificio TITANIC de San Ciprián, en junta de convecinos en la que yo no estaba -era preciso mi ausencia y tuvieron mucha suerte de que tardara en enterarme- pues tenían miedo a que ETA les "confundiera" , pagando con sus vidas mi presencia. Hubo una vecina, de aspecto confuso -desaliñada y a tratamiento psiquiátrico- que llegó a decirme en la calle, no hace tanto tiempo que, era una lástima la desaparición de ETA, ya que compartía los motivos y métodos de la organización.

Evidente que, ni olvido, ni perdono. Tales conductas retratan a esos/as miserables que conforman la fauna y flora con la que debemos convivir. Tengo que señalar, como autores de la felonía, a humanoides no gallegos...

El valor queda acreditado cuando el ser humano se enfrenta arriesgando lo que tiene. La generosidad se suma al valor cuando por los demás se arriesga la vida. La amistad queda acreditada cuando en los peores momentos están a tu lado y te hacen sentir su presencia. Y es que la victoria tiene muchos padres, mientras la derrota es huérfana.

Y la hora en punto. Para gobernar un barco con calma chicha, valen manos de aficionados, pero cuando la tormenta arrecia, se precisan las manos fuertes, expertas y firmes del mejor patrón, que nos lleve a puerto y nos haga sentir la seguridad de sus actitudes y aptitudes. En estas horas en las que las tinieblas ganan la partida a la luz, necesitamos gentes que den lo mejor, que sean los mejores, que tengan la mejor escuela, que acierten con el rumbo.
Mosquera Mata, Pablo A.
Mosquera Mata, Pablo A.


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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