Responsabilidad y liderazgo

Vivimos un momento extraordinario y totalmente imprevisible que exige responsabilidad ciudadana y liderazgo para pilotar la salida de esta pandemia.

Como saben mis queridos lectores he ejercido la crítica satírica sobre este gobierno socialcomunista, que defino como peronista a la española y de su Presidente cuya profesión perfecta debería ser la de presentador de television que se limita a leer textos preparados siempre serio y bien trajeado, pero ahora tenemos todos los ciudadanos que cerrar filas en torno al gobierno.

Sería necesario contar con un comisario,una persona con capacidad de gestión y de liderazgo como se estila en muchos países ante las catástrofes naturales como terremotos o tsunamis.

Si nuestro Presidente no quiere ejercer este liderazgo porque prefiere cargar las responsabilidades a las comunidades y a lo que el llama con su habitual desahogo la ciencia, como si fuera neutral y se obstina en achacarle sin decirlo claramente que el ocho de octubre contó con los informes positivos de los técnicos. Desfachatez.

A pesar de la falta de preparación de este singular equipo gubernamental ha llegado la hora de inventarnos entre todos los ciudadanos el ansiado y necesario liderazgo. Es difícil pero tenemos que intentar tener actitud positiva.

Hasta ahora la única luz atenderle es la del doctor Simon y sus recomendaciones que no tienen poder ejecutivo y ni recurrir ni hacer caso ni a historietas absurdas, ni a chistes que es la salida del débil. Seamos fuertes y responsables, al menor síntoma de esta enfermedad tenemos que confinarnos, descansar hidratados y paracetanol y hojas de calendario.

Sigamos las indicaciones solo del Ministerio de Sanidad y de la Organización Mundial de la Salud, la OMS. Con responsabilidad.

A falta de liderazgo sigamos las indicaciones de nuestras Comunidades Autónomas y seamos disciplinados y no rehuyamos nuestras responsabilidades. Aparquemos la picaresca aunque nos cueste y preparémonos a ejercer grandes dosis de paciencia.

Como Diogenes tenemos que encontrar entre todos la luz. Desde su tinaja con una antorcha buscaba hombres honestos que nos saquen de este colosal entuerto. Difícil pero no imposible.

A falta de liderazgo atendible no tenemos más remedio que ejercer un liderato colectivo. La señora Merkel pronostica un sesenta por cientos de infectados el primer ministro habla del 40. Aquí se limitan a un optimismo bobalicón.

No carguemos los cañones contra nuestro penoso Ejecutivo seamos responsables y no creemos una mayor confusión.

No hay razones para ser optimistas, pero si no nos lleva La Parca habremos aprendido a gestionar una pandemia para afrontar mejor la próxima.

Como católico romano y vaticanista con tantos años en Roma. Me limitó en pedir a San Juan Pablo II,al padre Pío y a San Antonio que iluminen a estos pobres hombres henchidos de ambición y de revanchismo y les concedan el don de saber pilotar la nave nacional hacia puertos seguros.

Ni con la ayuda de los santos parece posible, deseo pues suerte a todos mis lectores.

Joaquín Antuña - joaquinant@hotmail.com