En Portugal el Parlamento no ha aprobado la eutanasia. Este asunto tan importante es primordial para auscultar el estado moral de una sociedad y de un país.
Ha habido una gran movilización social a favor de los cuidados paliativos y en contra a dejar el derecho a la muerte en manos del Estado.
El Presidente de la República Marcelo Rebelo de Sousa se ha manifestado contrario a esta ley liberticida e incluso hubiera apoyado un referéndum para su abrogacion, en
caso de haberse aprobado el proyecto.
Ha habido una alianza inesperada entre el Partido Comunista y el Partido Social Demócrata de los católicos portugueses. El Partido Socialista de Costa dejo libertad a sus diputados.
Mientras esto ocurre en Portugal en España no sucede nada. Nuestra sociedad esta envilecida y somos unos cobardes o más bien somos insensibles, las cuestiones morales nos traen sin cuidado.
Se confunde con progresismo a la indiferencia. En un país que somos el tercer consumidor mundial de prostitución y nuestra mujeres no tienen frenos morales para hacer lo que les pide el cuerpo está claro que entablar un debate serio y profundo sobre cuestiones vitales para una sociedad con valores éticos es una utopía.
Nuestro Rey no se ha manifestado públicamente en contra del aborto. Nuestra Conferencia Episcopal no ha iniciado una movilización en contra. Personajes carismáticos como el padre Angel están callados. Los partidos de la derecha no han incendiado la calle con manifestaciones en contra.
Las Iglesias a diferencia de Portugal no se han unido en contra de la eutanasia. No quisiera creer que tienen miedo a que en venganza se les amenace con la desamortización y con los impuestos.
A nuestros intelectuales tampoco parece afectarles mucho, está en cuestión un derecho fundamental y no se levantan voces en contra.
Es cierto que Alejandro Amenábar ha sensibilizado a favor de la eutanasia con su estupendo retrato de un pobre enfermo ligado a una cama en 'Mar Adentro' película que ha obtenido muchísimos premios internacionales y en la que Javier Bardem estuvo soberbio.
Sin embargo se trata de un caso extremo, que debe ser la excepción y no la regla y que podría entrar en la ley de paliativos y no justifica facilitar la eutanasia para todos.
Pero amigos, en España no se plantea el problema moral. La regla bíblica del no matarás parece dejar indiferente a nuestra sociedad.
Da la impresión que lo que realmente importa son los derecho sexuales y que el éxito del reality La isla de las tentaciones es una prueba de ello. Como la derecha tiene ciertas remoras las izquierdas tienen asegurado el apoyo sobre todo de las mujeres, que durante la dictadura franquista vieron reprimidas sus ansias de libertad.
Es un dilema falso. La cuestión es si una sociedad debe tener valores morales o no. La pregunta es si no queremos que el Estado regule nuestras opciones sexuales y no permitimos que se apoderen del derecho a regular nuestra vida, porque aceptamos alegremente que quienes están en contra de la pena de muerte acepten tan tranquilos que se apruebe la eutanasia,que otorga el derecho de la muerte al Estado.
Que se puede pensar también de una sociedad que acepta que los políticos mientan y que la única oposición sea recurrir a los chistes como durante la dictadura.
En el último Comité federal del PSOE no se ha evocado el problema de la eutanasia. Se ha vuelto a prometer al campo que el partido se interesa por ellos. Música celestial.
Amigos no se si vivimos en una sociedad materialista al máximo y somos unos cobardes que no tenemos cuestiones éticas y que nos da igual ocho que ochenta. Somos una sociedad enferma, indiferente, castrada.
Se habla de desigualdad, pero las soluciones que se indican tales como creación de la Banca pública, intervencion en el mercado de la vivienda, apoyo a quienes no trabajan sin incentivar la productividad y la creación de empresas, entre otras medidas que en vez de crear puestos de trabajo ponen en peligro los existentes, nos condena a ser un país de cipayos subvencionados en vez de ciudadanos que entre todos ataquen de raíz el gravisimo problema de la pobreza.
Creo que somos carne de cañón para una nueva dictadura si miramos para otra parte y permitimos que se apruebe una ley como la de la eutanasia, que sanciona el derecho del Estado a la muerte y no os dejéis engañar esta gente no son progresistas, son la nueva caverna de los nacionalismos retrógrados del siglo XIX, del anticlericalismo desfasado y además ahora de la vulneracion del derecho a la vida.
No se trata de catastrofismo. Es abrir los ojos. En Portugal la eutanasia causa un terremoto emocional y en España parece dejar indiferentes a tirios y a troyanos.
Somos carne de cañón.
Joaquín Antuña - joaquinant@hotmail.com
