El día once de febrero asistí con mi alumna Elena Jurio a la recepción del Día Nacional de Irán. Un país clave en el tablero de ajedrez donde se juega la paz y la guerra en Oriente Medio.
Habíamos recibido un brillante artículo como todos los suyos del profesor Jeffrey Sachs de la Universidad de Columbia de Nueva York en que se hace un análisis de la peligrosa obsesión que tienen los Estados Unidos con Irán. Por su interés Elena Jurio ha traducido el artículo que reproduzco para mis queridos lectores.
"La orden del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de asesinar al General iraní
Qassem Suleimani mientras se encontraba en una misión oficial en Irak fue ampliamente aclamada por el jingoísta Partido Republicano de Trump. Los asesinatos sancionados por el gobierno de funcionarios, clérigos y periodistas extranjeros son comunes en la actualidad. Sin embargo, hay algo especial en la sed de sangre de Estados Unidos contra Irán. Es una obsesión de 40 años de antigüedad que ahora ha llevado a Estados Unidos y a Irán al borde de la guerra.
La fijación estadounidense en Irán se remonta a la Revolución Islámica en 1979, cuando los estudiantes iraníes tomaron la embajada de Estados Unidos en Teherán y retuvieron a 52 estadounidenses como rehenes durante más de un año. Esa experiencia traumática ha hecho psicológicamente imposible para los políticos americanos calibrar las políticas de Estados Unidos. Esta es la razón, por ejemplo, por la que Trump ahora ha amenazado con el crimen de guerra de destruir 52 objetivos en Irán, incluyendo sitios culturales, uno por cada uno de los rehenes de 1979, si Irán toma represalias por el asesinato de Suleimani.
Trump reclama el derecho de asesinar a un líder en un país extranjero y de cometer crímenes de guerra si ese país toma represalias. Sin embargo, esta criminalidad es ampliamente aplaudida en los Estados Unidos. Refleja una especie de trastorno de estrés postraumático del sistema político de Estados Unidos, al menos del de la derecha. Es similar al lanzamiento imprudente por su parte de las guerras en todo Oriente Medio tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.
El hecho de que Trump esté trastornado psicológicamente se suma a la furia. Recuerde que se jactaba de que podía dispararle a alguien en la Quinta Avenida "y no perder ningún voto". Con su orden de asesinar a Suleimani, está claramente decidido a poner a prueba esa propuesta.
Lo que la mayoría del público estadounidense y gran parte de la élite política estadounidense no logran comprenden es que Estados Unidos ha cometido muchos más crímenes en contra de Irán que viceversa. Estados Unidos ha creado deliberada e imprudentemente a un enemigo, sin otra razón que sus propias acciones equivocadas.
Considere los hitos clave desde principios de la década de 1950.
Primero, Estados Unidos y el Reino Unido derrocaron al gobierno de Irán en 1953, después de que el Primer Ministro elegido democráticamente, Mohammad Mossadegh, actuase para recuperar el control del petróleo de Irán, que había sido capturado por el imperio británico. Estados Unidos, entonces, reemplazó a la democracia que había derrocado con el régimen autoritario de Mohammad Reza Shah Pahlavi, quien fue respaldado por el SAVAK, su brutal agencia de inteligencia y policía secreta, durante el cuarto de siglo que va desde 1953 a 1978. Los estudiantes iraníes se apoderaron de la embajada de Estados Unidos en Teherán después de que el depuesto Shah fuese admitido en los Estados Unidos para recibir tratamiento médico.
Al año siguiente, Estados Unidos armó y animó al Irak de Saddam Hussein a invadir Irán, desencadenando una guerra de casi una década que mató a unos 500.000 iraníes. En el 2014, unos 75.000 iraníes todavía estaban siendo tratados por lesiones por los ataques químicos que Saddam usó.
Estados Unidos también golpeó a objetivos civiles. En 1988, el ejército de los EE.UU. derribó el Iran Air 655 -fácilmente identificable como un Airbus A300 si los Estados Unidos hubiesen tomado las precauciones adecuadas- matando a todas las 290 personas a bordo. Y en 1995, el público iraní quedó sujeto a severas sanciones económicas de Estados Unidos que nunca se eliminaron, solo se endurecieron con el tiempo.
Esto continuó incluso después del 11 de septiembre. Irán apoyó la invasión de Afganistán liderada por Estados Unidos para deponer a los talibanes, y también apoyó al
nuevo presidente respaldado por Estados Unidos, Hamid Karzai. Aun así, en enero de 2002, el presidente George W. Bush se refirió a Irán como parte de un "Eje del Mal", junto con el Iraq de Saddam y Corea del Norte.
Del mismo modo, en lugar de presionar a todos los países de Oriente Medio, incluido a Israel (que se estima que cuenta con 80 cabezas nucleares), para que cumplan con el Tratado de No Proliferación Nuclear y apoyen los esfuerzos para establecer una región libre de armas nucleares, Estados Unidos presionó exclusivamente a Irán.
Luego, en 2015, Estados Unidos, bajo el presidente Barack Obama, junto con Reino Unido, Francia, China, Rusia y Alemania, negociaron un acuerdo con Irán en virtud del cual Irán acordó poner fin a su procesamiento nuclear a cambio del levantamiento de las sanciones económicas por parte de los Estados Unidos y otros. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas respaldó por unanimidad el acuerdo nuclear, conocido formalmente como el Plan de Acción Integral Conjunto. Sin embargo, según el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, el PAIC fue un acto de apaciguamiento. Trump repudió unilateralmente el acuerdo en 2018, el único firmante que lo hizo, y luego endureció drásticamente las sanciones estadounidenses.
El propósito de imponer sanciones más estrictas no es cambiar el comportamiento de Irán, sino aplastar la economía iraní en un intento de desestabilizar el régimen. Irán se encuentra ahora en una depresión inducida por los Estados Unidos, con un descenso del PIB del 14% entre 2017 y 2019 y una inflación en 2019 del 36% (ambas según estimaciones recientes del FMI), y una grave escasez de medicamentos y otros bienes vitales. Mientras tanto, a pesar de repudiar al PAIC, Estados Unidos ha seguido insistiendo en que Irán cumpla con sus términos.
Estados Unidos, aparentemente sin conocimiento de esta historia, y liderado por un presidente emocionalmente desequilibrado que cree que podría cometer un asesinato a plena luz del día y salirse con la suya, está reviviendo a un trauma psicológico de 40 años.
En este momento, el mundo debería recordar las sabias y duraderas palabras de un tipo muy diferente de presidente de Estados Unidos. En junio de 1963, pocos meses antes de caer víctima de un asesino, John F. Kennedy se dirigió al Parlamento irlandés:
A través de los abismos y barreras que ahora nos dividen, debemos recordar que no hay enemigos permanentes. La hostilidad hoy es un hecho, pero no es una ley dominante. La realidad suprema de nuestro tiempo es nuestra indivisibilidad como hijos de Dios y nuestra vulnerabilidad común en este planeta".
Hasta aquí el artículo de Sachs que refleja perfectamente el contencioso Estados Unidos Irán, que para dar un cuadro completo habría que referirse a Israel y al enfrentamiento de Catar con Arabia Saudi y la guerra de Yemen. Todo un master.
Se trata de un verdadero Damero maldito que iremos tratando de descifrar paso a paso sin olvidar el papel de Turquia y su voluntad hegemonica.
Joaquín Antuña - joaquinant@hotmail.com
