Muy ufano y sobrado Pedro I de Pozuelo paseó palmito y satisfacción en una rueda de prensa después de tres meses de con un texto escrito e interpretado a la italiana. Respondió a las preguntas con mucha soltura y desviando los temas más calientes

refugiándose en la idoneidad de Doña Lola, su disponibilidad para reunirse con Torra a pesar de su complicada situación judicial y enmascarando hábilmente el espinoso tema del Referéndum catalán.
Repitió hasta la saciedad su palabra mágica su tocasana, progreso, progreso y progreso. Dió a entender que había domesticado a los podemitas que le quitaban el sueño en julio. Mencionó su meta gobernar 1400 días y noches y lo dijo con una gran sonrisa, que para unos sonó a burla y a otros como felicidad asegurada durante cuatro años.
El progreso exige ideas y capacidad de gestión y no una catarata de slogans y consignas propias de los regímenes totalitarios. Naturalmente todo bien nacido desea que consigan sus propósitos de lograr un empleo de calidad y luchar contra la precariedad.
Lamentablemente faltaron ideas o propuestas que nos dejen entrever en que consiste el cacareado progreso. Si violar la ley en nombre de desjudicializar la política puede conducir a alguna parte o facilitar nuevas medidas hacia la autodeterminación y la independencia de dos regiones de España pueda garantizarnos avanzar en la era de globalizacion es más que dudoso. Lo mismo vale para la igualdad de hombres y mujeres que ya sanciona el artículo dos de nuestra Constitución.
No me gustó el apelotamiento de los ministros que se "codean" a la fuerza y pueden ver las pantallas de sus vecinos. Tampoco dividir las tareas de la asturiana Carcedo en tres ministerios o el absurdo de separar Ciencia y Universidad criticada por Castells. La cultura humillada y el deporte ridiculizado por un orondo y simpático socialista madrileño, que hubiera ido mejor a Consumo.
No se trata de crítica kamikaze como la define mi gran amiga Pilar, sino unas pequeñas y festivas alelyas al estilo de las añejas revistas musicales. Lo de los 1400 días es una

broma de mal gusto a costa de toda la ciudadanía.
Después tanta prisa ahora Pedro I de Pozuelo predica el paso a paso como Simeone y su partido a partido. A más y mas, visca Catalunya, los ministros tienen que tomarse un poco de tiempo para "asentarse" en sus ministeriosda gusto.
En la crónica rosa dos parejas una bendecida por sus tres hijos y otra que promete entre un apuesto magistrado y una Presidenta del Congreso. Viva el amor. Donde reina Cupido se palpa la felicidad. Ojalá este gobierno cremallera de once y once fructifique en mucha pasión, pero que sepan nuestras promujeres y prohombres que deben seguir los sabios consejos de la Celestina y si se da el venturoso caso de que se encienda la llama y la natura lo pida se abstengan de holgar y si lo hicieren solo hasta "la cinta", al menos durante los consejos de Ministros expuestos como están a tanto roce.
Ya tenemos dos parejas felices quedan otras nueve y por delante 1400 días y noches. Que el Dios de los cielos reparta suerte para unos y para los de bienestar animal que el Ser Supremo verde les colme de felicidad.
Joaquin Antuña - joaquinant@hotmail.com