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Un cuento de los hermanos Grimm

viernes, 03 de enero de 2020
Como dos felices Hänsel y Gretel volvieron a abrazarse la pareja del año en España de este cuento de terror que protagonizan ambos.

Atrás quedan las penurias de un futuro de estrecheces e incertidumbres. El Divino Pedro Un cuento de los hermanos Grimmy su valido el burgués de la Navata haciendo camino al andar habían llegado a su cielo particular. Las mieles del poder les esperaban.

Rubricaron un documento de 50 páginas que bautizaron de progreso,para ellos y sus secuaces claro. Se alternaban promesas con fuste con otras chuscas y poco serias

Dibujaban un cuadro repleto de tinieblas en que se pintaban profundos acantilados y espesos nubarrones que no dejaban entrever la luz. Como Hänsel y Gretel se habían adentrado en un bosque tenebroso solo con un pedacito de pan por todo alimento hasta al tercer día en que encontraron la casita de dulce de los compinches de Esquerra.

Como variante del relato de los Grimm no habían encontrado una viejecita feisima y deforme,sino un personaje rufianesco y gordinflón que les sonreía y les prometía la llave de oro para abrirles de par en par la cerradura del fortín de La Moncloa.

En realidad detrás de la sonrisa y la cortesía se escondía un voraz ogro que se alimentaba de niños ambiciosos y audaces como ellos. Un rico manjar, Se los querían jamar envueltos en sendas banderas esteladas mientras sonaba el himno del Barsa y se proyectaba la imagen de Messi.

Como no había mucha diversión quisieron deleitar a sus anfitriones pues junto al ogro principal había otros ogritos disfrazados de guerreros de las galaxias, siempre claro está con las barras aragonesas. Les leyeron el programa de las 50 páginas.

Había de todo como en botica. Entre palabrería muy progresista del peronismo que se proponían en llevar adelante se enfrentaba a las mujeres con los hombres. Se les ofrecía barra libre de abortos y píldoras del día después financiadas por la Seguridad Social como parte del plan nacional de natalidad. Se las blindaba contra el atroz machismo bajo el estandarte del si es si que dejaba su libre albedrío manejar su cuerpo como si se tratara de una guitarra mecánica.

Se describía como progreso a la eutanasia para eliminar a tanto enfermo inservible y viejo caduco siguiendo las pautas de progreso de los vilipendiados nazis. Los que no sirven al hoyo y nosotros al bollo remacharon Hänsel y Gretel. La ograda se rompieron las manos aplaudiendo.

Atajaban y eliminaban la odiosa productividad estimulando la galbana de los falsos enfermos. Esquivaban mencionar al trabajo duro y a la meritocracia. Sin decirlo daban a entender que fomentarían el pesebrismo.

Intervenían el libre mercado de los alquileres y ponían un freno a los pisos turísticos escudándose en medidas humanitarias que al eliminar puestos de trabajo hundían más a los descamisados que pretendían ayudar. Metían mano a las empresas eléctricas para Un cuento de los hermanos Grimmregular los precios decían. Impuestos a bancos y tecnológicas para que se fueran a Portugal o a Irlanda.

La ograda seguía plaudiendo como en el minuto 17 del Camp Nou. Les sonaba a familiar este descabellado programa trufado de odio y rencor destinado a enfrentar a las dos Españas con tanto de memoria histérica, pero para ellos sonaba a música celestial.

Cuando se llegó al paroxismo fue con el canto a Greta la zumbada y todo el verdismo y la sostenibilidad que en el mundo han sido. El caminar por el bosque, sus avatares personales, les habían abierto los ojos sobre la necesidad de un peronismo que sustituya las monsergas y supersticiones religiosas por salvar el planeta y evitar el armagedon, eso sí sin abandonar sus coches, sus helicópteros y sus Falconcrest. Faltaría mas.

Se les cerraban los ojos interrumpieron la lectura. La ograda se había dormido soñando en como banquetearse con los dos hermanos, haciendo de ellos una sabrosa pilota y añadiendo butifarras. Cada loco con su tema. Los unos tomando el pelo al personal con su programa y los otros viviendo a costa de esteladas y segadores.

El final de este cuento acabó abruptamente cuando una legión de jueces con sus togas y blandiendo por toda arma la Constitución los arrojó a todos fuera del bosque. Cuanto tiempo pasó no se sabe en los cuentos aunque sean de terror no existe el tiempo y como toda esta siniestra panda desprecian reyes, reinas, principes y princesas, pues son republicanos, se quedaron con su puesta en escena del más bonito y lujoso fascismo con desfiles de antorchas, cantos lúgubres y enfervorizados y marchas sobre Madrid.

Pero amigos para Hänsel y Greta de momento suenan las trompetas del triunfo. Es su hora. Amanece Plurilandia sumida en el peronismo bolivariano y ni que decir tiene que están comiendo perdices y se sienten muy felices.

A ellos va dirigido este cuento de terror. Se lo merecen, son los protagonistas.

Joaquín Antuña - joaquinant@hotmail.com
Antuña, Joaquín
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