Esperanza Aguirre, cuando asistía a la Pradera de San Isidro vestida de chulapona, se
paseaba orgullosa y retadora entre admiradores y curiosos y, en Asturias donde procede su aristocrático esposo no faltaba a la feria taurina de Gijón y en la corrida de más relumbron se situaba al final de la corrida, se plantaba más bien delante de la puerta principal, la grande y repartía besos y abrazos entre sus múltiples admiradores. Siempre ufana y triunfante.
Isabel Diaz Ayuso está hecha de otra pasta. Es muy sencilla, cercana y simpática. El sábado, día 14 de diciembre, me dirigí con Georgia a la Puerta del Sol e hicimos una larga cola para visitar el Belén de la Comunidad de Madrid. Al fin... entramos. La Asociación de Belenistas ha montado un Belen inmenso con un río caudaloso como atracción especial. Dista mucho de ser de estilo napolitano y, las figuritas son pasables y el portal es una gruta horadada en la montaña.
No hubiera sido más que una visita conmovedora por la ilusión de los niños sino hubiera sido por una muchacha de aspecto milenial sobriamente vestida que se fotografiara con unos niños.
Era ni más ni menos que la mismísima Presidenta de la Comunidad de Madrid. Me la había presentado mi amigo y compañero de colegio, el exalcalde Jose Maria Álvarez del Manzano, el popular alcalde de los jardines, arboles y plantas, en la presentación de la Agenda Taurina de Vidal. Así si que fui a saludarla. Estaba con su madre y una sobrinita.
Cordialísima con todos, que se sorprendían al reconocerla, recordoba la sobriedad de Joaquín Leguina en su etapa en la Comunidad. Me comentó que quería ampliar el horario del Belen en 2020 desde noviembre y combinar varios estilos.
Nos hicimos varias fotos y conocí a su madre, otra Isabel, una señora encantadora y muy sonriente. Después del Belen pasamos al Bosque de los Deseos, otro patio cubierto con muchos árboles de Navidad. Firmamos en un libro de visitantes. Dos bonitas chicas elfos nos dieron un deseo, un redondel de papel para que lo rellenáramos y lo colgáramos de las ramas de alguno de los arbolitos.
Colgué el mio deseando no estar solo en Navidad. Georgia cogió dos y escribió mucho por ella y su familia. Respecto a Isabel, nuestra querida Presi, prendió otro muy alto y, poniéndose de puntillas, hizo una foto.
Siempre curioso, vuestro intrépido reporter le preguntó qué había escrito. "Los mejores deseos para los madrileños y todos los españoles". La simpática Presi sonríe y se esponja toda. Nos despedimos muy afectuosamente.
Toca abrirse paso entre una nube de gente que atesta la Puerta del Sol.
Son casi las tres de la tarde y la gente sigue comprando décimos de lotería en el estanco de Doña Manolita.
A los madrileños ya nos ha tocado el gordo. La Comunidad de Madrid está en buenas manos. Una chica del pueblo rige nuestros destinos.
Joaquin Antuña - joaquinant@hotmail.com
