La pareja mundial son hoy la joven sueca tocada por ese carisma que llevó a la doncella de Orléans a levantar el estandarte de la Francia humillada o la pastorcilla Bernadette a la que en Lourdes se apareció la Vigen Maria a reinvidicar el poder de los cielos. Mon Dieux, que fuerza literaria tienen los franceses!
Ahora, está virgen sueca, pequeña, fragil, con el síndrome de Asperger, quiere preservar la tierra de todos los males inimaginables y de forma mágica se ha convertido en el imán de los ecologistas y de millones de jóvenes en el ancho mundo.
Greta ha navegado valiente e imperterrita en un catamaran de esos que hacen las delicias de las playas de lujo pero, ahora al servicio de esta hija de Thor nueva, Diosa Gea.
La espera en Madrid el guapo caballero verde, el rayo de Pozuelo, que espera regenerar la tierra y liberarla del calentamiento global y de la creciente contaminación que aqueja a los países avanzados e industriales del mundo.
Greto, así se llama este caballero sin tacha, contamina muchísimo con su Falconcrest pero, los fines de semana ordena a sus fámulos, Sancho Abalos y su Ninfa Egeria, darle latigazos de los de siete colas, mientras su mujer, Begoña, le cura las llagas y le enjuga las lágrimas.
Es un cruzado verde dispuesto a derrotar a la bestia del calentamiento global y del Libano capitalismo fósil. Para ello teje alianzas con todos los grupos populistas disponibles para expurgarlos de su rojez y de rojisimos reconvertidos al verde que... te quiero verde.
Qué encuentro formidable el de Greta y Greto la pareja cósmica con ese frente a frente suavemente enlazados, lanzando proclamas al mundo inauguran dos nuevas deidades del Valhalla nórdico.
Delante de esta imagen palidecen las fiestas navideñas de estos días en Madrid donde se honra la música como en el día nacional de Rumanía. Una gran gala en el Casino de Madrid con la soprano Rodica Vica, con un chorro de voz y el pianista Josu de Solaun, un virtuoso del compositor George Enescu, ambos artistas de campanillas. Una gran gala dirigida con su maestría habitual por la elegante embajadora Gabriela Dancau.
Ni la estupenda noche polaca de la Navidad organizada por la embajada polaca y su embajadora Marzenna Adamczyk, una gran showoman donde se cantan villancicos polacos y españoles y se degustan los doce platos de Navidad en memoria de los doce apostoles sin beber ni una gota de alcohol. Música, otra velada inolvidable nostálgica y frenética.
Son reliquias obsoletas de un pasado milenario que ofrecerá ante el Martillo de Thor la zumbada Greta y el enloquecido Divino. Ambos dispuestos a ser mensajeros de la nueva religión verde, la única, la verdadera, cuyo sublime lema es: "Fanáticos del mundo, uníos y construyamos una nueva humanidad como proyectaron grandes hombres Hitler y Stalin". Gloria a Greta y Greto, no tonto él ni tonta ella, sino sublimes ambos. Que Dios nos ampare. La que nos espera!
A mí, modestamente, me gusta más la Navidad y emocionarme ante el Niño Jesús. Me estaré volviendo gaga con los años... Quién sabe, para Carmena y Colau, dos deidades de la nueva era soy un retrogrado, que no se postra de bruces emocionado ante el Belén, el pesebre de la Plaza de Sant Jaume. No comprende la grandeza de la nueva época de Greta y Greto.
Joaquin Antuña - joaquinant@hotmail
