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Rosalía de Castro entre amor y rencor

miércoles, 04 de diciembre de 2019
A través de follaje perenne
Que oír deja rumores extraños,
Y entre un mar de ondulante verdura,
Amorosa mansión de los pájaros,
Desde mis ventanas veo
El templo que quise tanto.

El templo que tanto quise…
Pues no sé decir ya si le quiero,
Que en el rudo vaivén que sin tregua
Se agitan mis pensamientos,
Dudo si el rencor adusto
Vive unido al amor en mi pecho.


Rosalía de Castro (Cantares gallegos)


Rosalía, un alma fundida con el paisaje, navega en este poema entre el amor y el rencor a un rincón que amó profundamente desde siempre, fijado en el templo que ve y vió desde su ventana toda la vida.

Pero no es que ella vaya de uno a otro sentimiento, sino que en el amor habita el rencor, que sólo emerge en los momentos convulsos del mismo: viven unidos íntimamente.

Sólo el cambio de una palabra, de un adverbio de cantidad antes o después del verbo -"quise tanto", "tanto quise"- nos sumerge en la duda respecto a aquel amor, porque en la primera frase la declaración es rotunda, mientras que en la segunda comienza a no estar ta firme su pasión amorosa.

Ya desde la primera estrofa las evocaciones sonoras comunican sentimientos encontrados que conviven simultáneamente en su corazón, pues entre las perennes hojas escucha extraños ruidos inquietantes, mientras que del verde mar ondulante de campos y sembrados le llegan trinos amorosos.

Rosalía se culpa a sí misma de sentir rencor por lo que tanto amó, cree que la causa es el vaivén rudo de su pensamiento, de su desequilibrio sentimental. Ya sabemos que tales declaraciones poéticas han llevado a los eruditos psiquiatras a tacharla de neurótica. Seguramente lo era, yo no soy quién para negarlo, pero lo que sí sé es que lo que expresa desde una duda romántica, cargada de tensión, es un sentir común en todos los mortales, porque ya lo dice el refrán: “Del amor al odio hay un paso”... O es que tal vez, todos los humanos somos neuróticos, un poco, un regular o un mucho. Pues va a ser que sí.

En cualquier caso, de nuevo, a través de esos controvertidos sentimientos en estos versos rosalianos se reafirma que el mismo paisaje es vehículo tanto para vivir nuestros goces como para temer nuestras sombras, pues unas veces nos alegra y otras nos produce rechazo.Rosalía de Castro entre amor y rencor

Rosalía se sitúa en la ventana, tal vez, eligió ese sitio, porque, como aficionada a la pintura, no le habían permitido andar libre por los campos para pintar del natural por el hecho de ser mujer, según lamentaría ella en su correspondencia al ver como su hijo Ovidio, paisajista, andaba pintando aquí y allá del natural sin cortapisas, mientras ella no lo había podido hacer.

¿Esa mirada desde el interior de la casa podría expresar aquella frustración convertida en rencor…?. Pudiera ser…Rosalía de Castro entre amor y rencor
Pena López, Carmen
Pena López, Carmen


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