
La cumbre del clima había alegrado sobremanera al Divino, que se encontraba eufórico rodeado de personalidades, exóticos expertos, fanáticos de profesión y demás entorno de toda cumbre que se respete.
Estaba comunicativo y se permitió prescindir de su aya, su diabólico jefe de gabinete, y fue cazado con las defensas bajas. Por una atractiva reportera guatemalteca. Sin perder tiempo empezó a dispararle sus preguntas como la araña que atrapa las moscas con voz aterciopelada.
Vuestro cronista ilustre que ha conseguido acreditarse como observador, escuchó las respuestas del hombre del Falconcrest y las gafas de Kennedy: "Mis preferencias por Podemos se deben a que tengo alergia de los sabiondos, me gustan los parlanchines que hablan sin ton ni son y mejor sin conocimiento de causa. Cuanto más tontos mejor, así no me sacan los colores por mi falta de preparación y cultura general."
Y que hacía con Borrell, ese hombre, informándole réplica la de Guatemala

desabrochando otro botón de su blusa.
"Buena pregunta. Hablaba a sus espaldas y en los Consejos de Ministros aprovechaba cuando se iba al baño. Era un incordio. Un forúnculo de, menos mal que lo he mandado a Europa y ahora tengo vía libre a decir todas las sandeces que se me ocurran".
Que opina del Rey Felipe, saltó otro corchete y se amplió el escote amazónico: "No nos entendemos. Está preocupado, obsesionado por España y me da una gran tabarra. No sabe Su Tontería, que a mi toda esa palabrería me importa un bledo. Yo quiero seguir en La Moncloa volar en mi Falconcrest sin que se entere Greta, esto no lo escriba por favor y pavonearme por el mundo donde puedo lucir tipo y darme mucha importancia".
Desgraciadamente el regreso de Iván Redondo cortó en seco esta animada plática y todo se acabó con un selfie y un abrazo con la reportera.
JoaquÍn Antuña - joaquinant@hotmail.com