El kolossal del clima empieza en Madrid del dos al trece de diciembre. Toda una avalancha milenarista de datos y mensajes apocalipticos.
Se nos anuncian catástrofes sin cuento, sequias que dejan las tierras yermas, tsunamis provocados por las aguas que anegan las ciudades.
Va a ser difícil no sucumbir a toda esta cruzada por el clima, con un calentamiento global que nos acechara desde las radios, las televisiones y los periódicos como eco de las jornadas de IFEMA.
Es el nuevo dogma irresistible.No vale declararse negacionista cuando las masas concienciadas o fanatizadas levantan el dedo acusador y transforman sus vidas.
Es evidente que cuidar la tierra es nuestra obligación e impedir la acumulación de basuras y su tratamiento. Limpiar los mares evitando los plásticos tan nocivos para la fauna marina. Acabar con la contaminación que aqueja a nuestras ciudades. Son todas medidas de sentido común que entran dentro del cuidado amoroso de la tierra y de cuantos la pueblan.
Respecto al futuro es cierto que lo estamos labradando día a día, pero la tierra tiene sus fuerzas ocultas. Hacer proyecciones con mucha antelación no deja de ser temerario e incierto.
Mejoremos entre todos el clima adoptando medidas que pueden parecer insignificantes, pero que se revelarán muy útiles. Empecemos por no arrojar ni papeles ni alimentos ni desechos al suelo. Seamos civicos.
Pero no nos dejemos envolver por la retórica que puede llegar a trastocar nuestras vidas con prohibiciones y consejos a veces disparatados y en lo político rechacemos a unos políticos que hacen del ecologismo y del feminismo su panacea universal para perpetuarse en el poder.
Escuchemos pacientemente esta cruzada ambiental, que a mi recuerda la del padre Peyton cuando nos invitaba a rezar el rosario en familia. para que permaneciera unida.
Asimilemos estas jemeriadas tratando que no destrocen nuestro sentido común, el sentidiño gallego.
Disfrutemos de la vida. No nos convirtamos en monstruos verdes. Ni mucho menos seamos milicianos de los tiempos futuros. Seamos humildes. Dios está en los cielos limitemosnos a cuidar amorosamente nuestra tierra.
Joaquín Antuña - joaquinant@hotmail.com
