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Violencia de género y sentido común

martes, 26 de noviembre de 2019
Estamos asistiendo a los juicios de la Manada, de los futbolistas de Aranda y al de Diana Kerr. Se defiende a ultranza a las víctimas, lo que está muy justificado especialmente en este último caso que terminó con un cruel asesinato.

Para mí, Diana Kerr es una víctima inocente a la que el destino enfrentó con un sádico y un obseso mental. No representa la violencia machista, es un vil asesinato.

Quiero centrarme en los otros dos casos en que, creo que hay responsabilidades compartidas sin que esto sea óbice de no disculpar las agresiones sexuales.

Hay que educar a los jóvenes y a sus familias a que sean responsables y que sus padres cuiden de su educación y de sus actos.

Debería haber un tipo de reprimenda pública, no quiero emplear la palabra castigo, pero sí un llamamiento a comportarse dignamente.

Respecto al sentido común, no es posible que a unos niñatos futbolistas de la Arandina les solicite un fiscal 39 y 40 años!!! 'Summum ius summa iniuria' a unos atolondrados jovenzuelos que invitaron a su apartamento a una jovencita de 15 años, precisamente no a ver la tele, no se les puede condenar a esas penas tremendas.

Siempre me ha maravillado que la gente en general no se de cuenta de lo que representa una condena de cárcel. Siempre piden más y más como si fueran ogros insaciables.

La familia de la chica también merece una reprimenda por no estar al tanto de las andanzas por internet de su hija.

Las familias, los centros escolares, tienen que hacerse también responsables por la parte que les toca. Si se predica la liberación sexual completa y no se comprende que los menores están en años de formación, no se consigue la libertad sino un libertinaje que conduce a embarazos no deseados y a escarceos que llevan a intolerables agresiones sexuales.

No se trata de volver a la moral victoriana, ni a la opresión franquista. Se trata de formar a la juventud y a sus padres. Emborracharse o drogarse de forma voluntaria deben evitarse y no dejarnos indiferentes.

En un momento en que las feministas radicales intentan linchar a los hombres, comprendo que es muy difícil la tarea de los jueces.

Se debería recuperar el sentido común y recordar que el excesivo rigor en la aplicación de la justicia conduce a lo contrario, a la injusticia.

No se trata de blanquear a nadie sino de compartir la responsabilidad social de los delitos que en estos días se están juzgando en los tribunales españoles.

Joaquín Antuña - joaquinant@hotmail.com
Antuña, Joaquín
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Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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