Han pasado 30 años de la destrucción del muro de Berlín, que propició la reunificación de Alemania después de 28 largos años de división y tiranía.
En España 37 millones de españoles se enfrentan a unas nuevas elecciones, las segundas que se celebran en 2019.
Se habrán aprendido la lección que se desprende del muro de Berlín. Los españoles habremos entendido que fascismo y comunismo fueron el flagelo del siglo XXI y
evitaremos contaminarnos con estas ideologías.
Da la impresión que no hemos asimilado correctamente las enseñanzas del muro de Berlín. Por un lado tenemos un movimiento populista, que se inscribe en la extrema derecha, pero que acepta la Constitución y la Monarquía. Por el otro un partido que desea gobernar con los comunistas con un guiño a los nacionalistas, pero que dice apostar por el centro y la estabilidad democrática.
En Alemania e Italia los electores apoyaron a dos caudillos carismáticos, que desencadenaron una cruenta segunda guerra mundial.
En España tenemos una parodia de caudillismo que se somete este diez de noviembre al referendo de los españoles. Sus armas, combatir la desigualdad, enfrentando a mujeres contra hombres y resucitando a Franco, para volver a las dos Españas y a su encarnizamiento de la guerra incivil. Con odio y rencor como santo y seña. Utilizando todos los resortes del poder.
Para quienes padecimos un régimen totalitario no nos gustan ni unos ni otros, pero comprendemos que hay que respetar el resultado de las urnas y aceptar la voluntad democrática, pero recordar las lecciones que nos deja la demolición del muro de Berlín y la de los líderes carismáticos aclamados por las masas.
Recordemos la lapidaria frase de Marx "la historia ocurre dos veces: la primera como gran tragedia, la segunda como miserable farsa".
En España nadamos entre dos aguas. No estamos en los tremebundos años treinta del Siglo XX, pero estamos dando la espalda al espíritu de la transición del abrazo entre españoles y ha resurgido el caudillismo de uno y otro signo. Un nuevo movimiento nacional y un aventurero hambriento de gloria. Dos amenazas para la vida democrática.
Angela Merkel recordó ayer 9 de noviembre que "los valores europeos no deben darse por sentados los valores sobre los que se fundó Europa, la libertad, la democracia, la igualdad y el Estado de derecho deben ser defendidos una y otra vez" aludiendo a fascismo y comunismo.
El pueblo español no ha entendido el mensaje de la caída del muro de Berlín y ha premiado a nacionalistas y a comunistas dejando una muy difícil formación de un gobierno y un futuro muy inestable.
La megalomanía de un hombre ha convocado unas elecciones innecesarias y ahora este hombre, que se cree el del destino tiene unos enormes quebraderos de cabeza, que pueden repercutir en el bienestar de los españoles. Hará todo lo que haga falta para seguir en La Moncloa.
Una tercera parte del Congreso es Republicana.
Sánchez está destrozando la convivencia en España. Su sueño de conseguir la tercera República y ser su primer Presidente avanza.
Joaquín Antuña - joaquinant@hotmail.com
