En el Centro Asturiano de Madrid, pronunció una conferencia Manuel María Rodríguez de Maribona y Dávila, Director de la Academia Asturiana de heráldica y genealogía sobre "El histórico apoyo de la Nobleza Asturiana a favor de la igualdad entre príncipes y princesas". "La princesa de Asturias, Doña Leonor, segunda del nombre". A continuación
se hizo entrega de la Medalla Conmemorativa del 1300 aniversario de la proclamación de Don Pelayo, a Valentín Martínez-Otero Pérez, Presidente de este Centro Asturiano. En la mesa, estaban junto a los anteriores el vicealmirante Sanjurjo y Alfredo Leonard y Lamuño de Cuetos, consejero de relaciones institucionales del Cuerpo de la Nobleza de Asturias.
Esta es la escueta nota de sociedad de este brillante y patriótico acto con que el Centro Asturiano honró a la Princesa de Asturias y a la Monarquía española.
Manuel Maribona, "Manu" para sus amigos, es un dandy de Oviedo que compagina su indumentaria exterior con sus blasones interiores de defensor de las tradiciones astures y acendrado patriotismo. Dirige con mano de seda al Cuerpo de la Nobleza Asturiana y pone su sello de gran señor, de caballero antiguo en todas sus actividades.
Su conferencia sobre las 36 princesas de Asturias que han dado lustre a nuestra historia española fue todo un apretado paseo por sus especialidades de heráldica y genealogía con voz recia, casi marcial, fue desgranando nombres de reyes y reinas, un mundo casi de cuento de hadas por el que pasaron desde Juana la Loca a Isabel II hasta llegar a la
actual Doña Leonor de todos los Santos de Borbón y Ortiz.
Una sucesión completísima que puso de manifiesto la antigüedad de la Monarquía y la importancia que Asturias ha desempeñado siempre en la causa monárquica al servicio de España.
Don Manu puso de relieve como Asturias y, en particular, el Ayuntamiento de Oviedo, fue pionero en solicitar la igualdad entre mujer y hombre en la sucesión al título de Princesa de Asturias, en defensa de los derechos de la popularísima infanta Isabel de Borbón y Borbón "La chata" cuya estatua puede verse en el Parque del Oeste de Madrid en la calle de Pintor Rosales.
He escuchado, arrobado como tantos españoles, como esta bella adolescente convertida en Princesa de Asturias' hablaba en árabe, catalán, español e inglés con su voz todavía de niña y su perfecto dominio lingüístico. A su padre, Don Felipe, se le caía la baba y la miraba extasiado.
Fuera de este Palacio de Congresos de Barcelona arreciaba la protesta y se quemaban retratos del rey boca abajo y se proferían insultos contra nuestros reyes. Los bárbaros ignorantes y fanáticos cargaban contra sus reyes y la heredera, mientras los Mossos parecían proteger a estos impresentables en vez de dispersarlos.
En el Centro Asturiano, el día cinco de noviembre, se tributó un homenaje a la familia real oficiado por Don Manuel Rodríguez de Maribona y Dávila y el Presidente del Centro recibió la medalla del 1300 Aniversario de Don Pelayo.
Ahí queda eso. Asturias siempre española con sus reyes y su preciosa Princesa de Asturias. Un ejercicio de asturianina y españolismo rematado con sidrina y tortillines de patata como si estuviéramos en una espicha regia.
Puxa Asturies! Viva la Princesa Doña Leonor¡ y viva España!!!
Joaquin Antuña - joaquinant@hotmail.com
