En las elecciones regionales de la región Umbría, una de las veinte que componen Italia ha habido una victoria estrepitosa como dicen los periódicos de Salvini con su Liga y sus aliados Giorgia Meloni de Hermanos de Italia y Silvio Berlusconi con su Forza Italia casi un 57 por ciento de los votos frente a la coalición gubernamental del Movimiento 5 estrellas y el Partido Democrático, que se queda en un 37.
De estos veinte puntos Salvini ha conquistado un 36 por ciento. Un gran triunfo,ya que Umbría ha sido uno de las roca fuertes de la izquierda, un feudo tradicional junto a Toscana y Emilia-Romaña del extinto Partido Comunista, que dominó los Estados
Pontificios desde el final de la segunda guerra mundial. Se pasó de la Cruz a la Hoz y el Martillo.
El protagonista de esta remontada histórica es Salvini, este político populista de 46 años milanés líder de Liga del Norte reconvertida en La Liga es un futuro primer ministro, en Italia Presidente del Consejo.
La Lombardia cuya capital es Milán podría compararse con Cataluña por su laboriosidad y su xenofobia con movimientos indepedentistas, aunque la proyectada Padania se haya desvanecido, pero ha quedado el hecho diferencial de sentirse superiores. Milán trabaja y Roma se divierte. Es la parodia. Como los catalanes tienen un feo acento en italiano y en Roma se les denomina "i polentoni", los que comen la polenta, parecida al porridge escocés y a la fariña asturiana.
Matteo Salvini comenzó defendiendo al Norte de Italia a ultranza para ahora convertirse en líder nacional, suavizando lo de la Roma y los del Sur nos roban, otra semejanza con Cataluña, para convertirse en un líder populista ultra liberal, que defiende una economía basada en el esfuerzo, que penaliza el fracaso, ha reconvertido su nacionalismo padano a Italia y reforzado sus valores tradicionales con la religión llevando un rosario y haciendo gala de oponerse al Papa peronista.
Se ha distinguido por su oposición a los emigrantes. Un abierto rechazo a la emigración ilegal, que escenificó cuando era ministro del interior al impedir el desembarco de los naufragos. Sus críticas a la burocracia de la Unión Europea y una postura de desafío respeto al euro.
Estas son unos brebes trazos políticos, pero lo que distingue a Matteo Salvini es su campechania, su mezclarse con todo tipo de personas, incluso en la playa con su barriguita cervecera o en los bares y tractoras tan abundantes en Italia. Sus opiniones representan al hombre de la calle y son espontáneas y llegan a todos. Con dos hijas. Un divorcio y un nuevo amor. Un hombre totalmente normal. Con barba de dos o tres dias. Casi siempre sin corbata y sin demasiado esmero indumenatario.
Es un tipo que cae indudablemente simpático a sus muchos seguidores y odioso,aunque sea inevitable reírse ante su espontaneidad y sus comentarios descarnados.
Es lo opuesto al tacticismo, a los aires de guapo de tango de nuestro Divino Pedro incapaz de improvisar, que rehuye a la prensa, que se encastilla en su Falconcrest y en sus helicopteros. Es también mentiroso compulsivo, pero Matteo divierte con sus exageraciones, mientras Pedro cubre sus mentiras con su capacidad de interpretar el papel de galán serio y formal.
Ambos son personajes de la picaresca en sus versiones divertidas, bufas y serias y de estrafalaria vanagloria. Pedro ha puesto de moda el franquismo Matteo no reniega de ciertos aspectos del fascismo, aunque pase olímpicamente de Benito para llegar al poder, ya lo ajusticiaron los partisanos y boca abajo, mientras Pedro necesita a Franco y a Torra para seguir siendo el inquilino de La Moncloa.
Los dos son aventureros y un peilgro para la Unión Europa, Son radicales oportunistas. La ventaja de Matteo es su simpatía y cercania. Me tomaría unos vinos con Matteo, mientras que con Pedro sería imposible encontrarse en el metro o en el autobús. En los dúos de payasos siempre hay uno muy serio y otro divertido. La picaresca latina. Podrian ser dos estupendos payasos para el mejor Circo Europeo.
Personalmente me quedo con Matteo.
Joaquín Antuña - joaquinant@hotmail.com
