A medida que avanza en su pontificado el Papa Bergoglio cada vez se parece más al Papa Luciani. Ambos recurren al sentido común para resolver intrincadas cuestiones teológicas.
Juan Pablo I en sólo 23 días revolucionó la iglesia romana con afirmaciones como el famoso "Dio è donna", que sin duda hubiera sido la palabra de orden, la consigna de
Zapatero y también del Divino Pedro. "Dios es mujer".
A dos papas intelectuales Pablo VI y Benedicto XVI siguieron dos papas párrocos, sin empacho de teología ni de historia, pero con una gran carga de fe.
Ni que decir tiene que ambos papas han escandalizado a la Curia romana como guardiana de la tradición. Formular que los diáconos casados pueden ordenarse sacerdotes empieza a socavar la regla dorada del celibato eclesiástico y darle vueltas al diaconato de las mujeres esta a dos pasos de su ordenación al sacerdocio.
En lo meramente estético acabar con la elegancia de la nobleza negra, la vaticana o de los gendarmes y vestirlos como jefes de estación suizos es algo muy discutible en el entorno de una basílica barroca repleta de adornos, podría reflejar una lamentable ramplonería.
Si esta reflexión meramente estética se aplica a la doctrina el resultado puede ser catastrófico. La sencillez no tiene porque ser estrafalaria. Ni la pobreza reducirla a un esquema marxista de explotadores y explotados o elevar la tierra y la ecología a una ecoteologia que ve en la tierra a Dios.
Los aborígenes del Amazonas y los pobres del mundo encuentran un padre en el corazón generoso del Papa Francisco que les acoge amorosamente en la Basílica de San Pedro y les devuelve una dignidad que nunca deberían perder a los ojos de los poderosos.
Son sombras y luces de un Papado sin duda polémico de este papa austral teñido de peronismo, que rechaza la explotación capitalista, pero sin dar soluciones para mitigar o abolir la miseria que padecen tantos seres oprimidos y les presta su voz, el grito de los pobres y el grito de esperanza de la Iglesia.
La gran sabiduría vaticana producirá en futuro un Papa intelectual y con sentido de la estética. De momento se quiere desmontar la religión del yo y se sublima a la Tierra, como nuestra gran madre.
La elección del nombre Francisco no ha sido casual, así como Papa Ratzinger contemplaba la Europa cristiana Papa Bergoglio no sólo abraza al hermano lobo, sino a los indigenas, en el Vaticano llamados aborígenes, del Amazonas.
Joaquín Antuña - joaquinant@hotmail.com
