El sabor de boca que me han dejado las imágenes del Valle de los Caídos han sido amargas de final de un sueño importante, que conste que quien esto escribe ha sido un militante antifranquista que militaba desde antes de la muerte del general Franco como le llamábamos entonces y que nunca simpatizó con la dictadura y fue delegado de curso en derecho contra los candidatos del SEU franquista.
Tengo pues pureza de sangre democrática, pero me entristece, me enfurece que la salida de Franco de este mauseolo testigo de una época que no puede volverse se deba al odio, fomentando la división de los españoles, encastillandonos en el rencor, que un
personaje ambicioso, sin otra ideología que el disfrute del poder, pretende instaurar entre los españoles.
La lectura de El País del día 25 de octubre al que estoy suscrito me ha producido la náusea páginas y páginas dedicadas a vomitar escupitajos de discordia y resentimiento. Que asco! Un desfile de artículos repugnantes, sin un solo atisbo de reconciliación.
'El abrazo de Genovés' destruído por un aventurero en busca de gloria a costa de ahondar la división de las familias tratándonos de volver hacia atrás y sumergiéndonos en la ciénaga del odio.
Todo ello sin grandeza, de forma ramplona, es increíble que la historia esté en manos de estos botarates hinchados de la purpurina del poder y ayunos de la dignidad del abrazo entre opuestos y dispares.
La transición ha terminado y empieza la época de la venganza, la era de la revancha en que se rebuscan las raíces, las brasas de la discordia y se sobre ellas para alimentar una gran hoguera.
El Divino Pedro como un vampiro de los Cárpatos se regodea en la sangre cruelmente vertida y aspira a degustar una gigantesca queimada de cascotes del obelisco de la paz, el perdón y la reconciliación.
Confío en que quienes han leído los artículos de El País no voten a estos piromanos que merecen recibir un castigo el próximo diez de noviembre. Se lo han currado con creces...
No vaya a ser que del franquismo pasemos al sanchizmo y se enamoren de sus cadenas las masas sedientas de sangre. Está en juego la dignidad nacional.
Joaquín Antuña - joaquinant@hotmail.com
