La sentencia del procés está ahí y la sensación que deseo compartir con mis amigos lectores es que estamos ante unas personas que de buena fe se creían impunes acostumbrados a sus jugarretas de hooligans,gamberrillos que se divierten con sus trastadas.
No se trata de personajes heróicos que arriesgaban sus vidas y haciendas por sus ideas no son los chinos de Tianamen, ni los húngaros de Budapest que arriesgaban su cuello, ni los levantados en la guerra incivil, son señoritos gamberros, que juegan, que se divierten sabiendo que más allá de la excitacion de sus acciones no les va a pasar nada. Les protegen las mismas leyes y la Constitución que están violando. Son ventajistas.
Son personajillos tragicómicos invocan a Gandhi o a Mandela cuando no llegan a la Comedia del Arte. Son grotescos con sus bufonadas, sus himnos truculentos, con sus historias burdamente inventadas.
El problema para ellos es que existe un código penal y unas leyes que no son el juego de niños que ellos pensaban. No se enfrentan a sus padres como hijos mal criados, sino a jueces togados severos y obligados a aplicar la ley, no van a recibir una reprimenda y salir de rositas.
Menos mal para ellos que les protege el Divino Pedro que les ha regalado cárceles acogedoras con colchones nuevos, para Pedro muy importantes, con visiteo a go go y relajación de la disciplinaria especie de residencia universitaria para alumnos un poco
díscolos.
Además tienen la promesa del generoso indulto para sus trastadas,son actores que se afanan de recitar un drama, para irse a una alegre cena después de la representación. Confían en su Divino Pedro que los necesita para seguir encumbrado.
La suerte de estos aficionados de la conjura es la protección que esperan del poder ejecutivo. Se creían impunes y si nuestro gobierno no les protegiera sus jugarretas les saldrían muy caras.
Dada la falta de valentía de esta gente si hubiera un poder ejecutivo serio y un partido socialista catalán que no fuera cómplice de estos independentistas de salón creo que esta crisis catalana tendría un recorrido muy corto.
A estos chicos traviesos les va la marcha y la diversión, pero no les va el castigo, menos mal para ellos que tienen a su Pedro.
Joaquín Antuña - joaquinant@hotmail.com
