Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

Los mercachifles

sábado, 12 de octubre de 2019
Un amigo muy pío, muy religioso, me dice en la cafetería de la Fundación Jiménez Díaz Los mercachiflesque le gustaría ser como Jesucristo para arrojar a todos los mercaderes del templo.

Esta indignado por las soflamas electorales de los partidos, que prometen todo y más en sus discursos. Nos toman por tontos exclama Don Ambrosio, que ha venido a visitar a su hija Mila, que tiene problemas en los Países Bajos.

Es verdad que el profesor Tierno decía que en estas campañas se promete todo lo que no se va a cumplir. Don Ambrosio, un paisano con boina calada y garrota, se indigna agitando el bastón. Nos toman por idiotas que nos creemos todos esos cuentos chinos.

Se percibe un hartazgo en la ciudadanía ante el tener que votar de nuevo y someterse al rifirrafe de los candidatos. Peleas de gatas y zafarrancho de orangutanes.

A Mila la han operado y ahora está traquila, aunque alterna momentos de cierta angustia, porque no puede moverse y necesita oxígeno para respirar. Se recupera de una operación de un abultado tumor.

Don Ambrosio y yo seguimos con nuestra amable trifulca política. Mila no habla y nos mira divertida, comprende que todas esas historias y querellas políticas son para el mundo de los sanos.

Junto a Mila, separada por una cortina, está una señora venezolana intervenida de un quiste. Su marido Jesús y su hermana la acompañan y se escuchan esas cálidas voces animando a la Señora María Alejandra.

Llega la hora de cenar y las enfermas miran a la comida, una menestra de verduras y un diminuto pescadito en blanco, con una cierta aprensión... hay que empujarlas a alimentarse un poquito.

Mis recuerdos me llevan a muchos años atrás cuando corté un filete para el tío Ramón Los mercachiflesvíctima de un terrible cáncer de colón del que no logró recuperarse. Mis ojos se llenan de lágrimas. Estoy de visita en un hospital donde estuvieron mis padres y mi tío. Son memorias imborrables que de repente me asaltan y que disimulo para que mi querida Mila, mi amiga y colaboradora de mil aventuras y campañas humanitarias, no se aperciba.

Así es la vida cotidiana, amigos, agridulce como la cocina china.

Mila y María Alejandra se quedan solas en la habitación 521 de postoperatorio ginecológico, muy cerca del pabellón de neonatos y pediatría. Se quedan tranquilas aparentemente pero con sus padeceres a cuestas.

En las noticias de la tele se enzarzan los mercachifles y Don Ambrosio levanta su garrota y golpea al aire como si los expulsara del templo.

Ojalá hubiera muchos Don Ambrosio que expulsaran de Plurilandia a estos incapaces vividores de la política que prometen el oro y el moro, bueno el de VOX al moro lo quiere expulsar.

En el ascensor me encuentro con César un treintañero risueño. Su mujer acaba de dar a luz a un niño después de 41 semanas de embarazo. Le felicito y nos damos un abrazo. Son las dos caras de la moneda de la vida.

Joaquin Antuña - joaquinant@hotmail.com
Antuña, Joaquín
Antuña, Joaquín


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES