Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

Escribir: Oficio o adicción

sábado, 12 de octubre de 2019
La escritura es sin duda uno de los más primitivas y decisivos inventos de la Humanidad. Nace en diferentes formatos: signos, pictogramas y símbolos plasmados en diferentes soportes físicos: piedra, madera, papiros, para complementar y recoger el lenguaje hablado facilitando la perpetuidad de la palabra como vehículo de comunicación.

La aparición de los distintos alfabetos y especialmente la “irrupción” vertiginosa de la imprenta facilitó y posibilitó la posibilidad de registrar en papel y otros materiales la reproducción de textos e imágenes, originando una auténtica revolución cultural.

No obstante, el oficio de escribir y de publicar lo escrito ha tenido un recorrido arduo y comprometido a lo largo de su dilatada historia, entorpecido por la censura y la represión cuando lo escrito no se ajustaba a las exigencias ideológicas o dogmáticas de los sistemas establecidos: religioso, ideológico, dictatorial. Los límites de la escritura literaria, narrativa, poética deben ajustarse a la creatividad del autor y a las demandas culturales de la sociedad, La libertad de escribir sólo debe tener límites éticos y morales, más que represivos y legales, sin vulnerar libertades ni intimidades ajenas.

La creación literaria en cualquiera de sus variados formatos es el sedimento intelectual y ético de la sociedad.

Al margen de ser un instrumento básico de comunicación escribir es una terapia emocional, nace como consecuencia de un monólogo interior, inducido en la mente, que pugna por salir al exterior en forma de relato o de poema, de ensayo o de novela, con vocación de compartir con los demás nuestras ideas, sentimientos y reflexiones.

Las cualidades básicas del buen narrador, además de la capacidad, la expresividad, la creatividad, y la imaginación, son el manejo del lenguaje y el uso de la metáfora y la utopía que enriquecen la vitalidad literaria del mensaje. Escribir es una adicción, un vicio, una manía o tal vez varias cosas a la vez. La hipergrafia es un trastorno que consiste en la necesidad de escribir constantemente.

Lo primero que cabe plantearse respecto a esta adictiva inclinación literaria son algunas preguntas con respecto al porque, para qué o para quién se escribe. Nadie escribe sólo para sí mismo, al margen de que disfrute o se deleite con sus propios relatos o poemas.

En todo caso, al margen de la calidad literaria, lo importante es la realización personal, desarrollar una vocación, ocuparse de algo que te gusta, que te satisface intelectualmente, aunque las preguntas planteadas del porqué, para qué, o para quién, queden sin respuesta. No todo en esta vida tiene repuesta. Lo importante es iniciar el camino aunque ignores a donde va a conducirte.

Suele decirse que en este mundo digitalizado, apresurado no es tiempo para la lírica. El e-book y las pantallas son el mayor enemigo del libro de papel, de la lectura reflexiva y sosegada. El binomio libro-lector se ha alterado, hay más libros que lectores. La lectura como fuente de reflexión y conocimiento está en decadencia. Quizá este visión pesimista y un tanto apocalíptica sea exagerada y subjetiva, pero así lo veo y así lo expreso.

Escribir es transitar de la realidad a la utopía.
Todo tiene cabida en la escritura
la sátira, el humor y la ironía
y hasta un punto razonable de locura.
¿Porqué o para quién se escribe?
Son incógnitas sin resolver.
Es quizá una forma de hablar contigo
sin el riesgo de ser interrumpido.
Es muy triste escribir para el silencio,
escribir sólo para uno mismo.
Escribir para los demás
es un acto de generosidad.
Vázquez Liñeiro, José Ramón
Vázquez Liñeiro, José Ramón


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES