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Aquí nunca pasa nada

martes, 01 de octubre de 2019
Esperanza “Horrible”, la incorrupta, hace ya algún tiempo está siendo investigada por financiación ilegal de su partido. Posiblemente alguien pueda demostrar que no era todo oro lo que relucía. Sin embargo, yo nací en una Tierra trasparente como el agua de manantial, no de las traídas. Esta agua, Galicia, no tiene color, pero es azul con gaviota -por cierto carroñera- con fuerte olor a alcanfor conservador, para mayor claridad del P.P.

Dicen que no tiene sabor porque nadie repara en que el agua sabe a agua, y con frecuencia a lejía, y a comisiones; por lo tanto, no es tan insípida como la desidia y el pasotismo en que cae la ciudadanía, permisiva y cómoda donde la haya, cuando no cobarde, ajena a implicarse en problemas para no complicarse la vida.

Tampoco es inodora. Si uno olfatea con alguna perspicacia en sus cauces podría encontrar que sus ríos huelen a ese alcanfor y a corrupción y que, casualidades de la vida, son explotados por empresas foráneas. ¡Qué barbaridad! ¡Mira que decir que aquí hay corrupción! ¡No, eso es fantasía de la jueza esa a la que ya cortaron las alas para que no siga! Porque como siga, y Dios lo quiera, le caen las bragas a todos los partidos, a las fuerzas de seguridad e incluso a aquellos a los que estorba que no creo serán muy ajenos a… y los poderes fácticos. ¿ Me entienden? No me cabe duda que sí. Debo cuidarme de la ley Mordaza. Pero no, no seguirán investigando, no les interesa cambiar el decorado porque queda muy bien vestido de peregrino, comiendo marisquitos -el mejor detergente de conciencias- acallando a los insurgentes con prebendas, amordazando a los críticos con subvenciones, engañando a los ingenuos y hasta desprestigiando la información.

Porque, señores, aquí no se investigan cosas que ocurren porque hay intocables. Y eso pasa en las altas instancias de las instituciones sin que sus órganos de corrección correspondientes tomen medidas. ¡Lo que manda la política y qué poco la ley y su aplicación ética!

Cualquier gallego, sea de Noya, Ribadeo o Portonovo sabe cómo funciona la Tierra. Fariña nos habla del narco y hasta de los dirigentes que veían en ello un negocio y una ayuda para salir de la pobreza de aquella Tierra. También del miedo de los cobardes. Cualquier otro puede explicarles lo fácil que es comprar un piso y escriturarlo por la mitad de su valor. Cualquiera conoce a un constructor que se hizo millonario a base de amistades con los alcaldes o los de organismos oficiales que facilitan su labor. Cualquiera oyó decir que fulanito es rico porque tenía amigos en la Marina. Cualquiera sabe que la Xunta favorece siempre a los de su cuerda y eso se ve en las facilidades que reciben unos y las dificultades de otros. Cualquiera conoce a un despabilado que supo arreglar su casa llamándole casa rural. Todo el mundo vio como personas que no tenían oficio ni beneficio llegaron a puestos bien remunerados -no importan siglas- simplemente apuntándose al partido. Todo el mundo conoce al algún intelectual mediocre elevado a los altares por sus afinidades políticas. Cualquiera conoce el restaurante donde se hace la vista gorda… Podríamos seguir y entonces comprenderíamos porque aquel alcalde tiene un piso en París; que familia come gratis en el restaurante de marras; que trama empresarial está detrás de un constructor; porque aquella autoescuela funciona tan bien… Galicia es, no sólo un mundo maravilloso, sino también la madre siciliana de muchísimos golfos y hasta los hemos exportado en grandes remesas.

Aquí hay para dar y tomar, pero el marisquisto, mi amor, está muy bueno. Y con un buen albariño: de vicio.
Timiraos, Ricardo
Timiraos, Ricardo


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