El Café Viena estaba lleno de gente. Se mezclaban los delegados con los jóvenes miembros entusiastas del clima. Todos querían hacerse una foto con Greta Thunberg.
Era la estrella de la conferencia contra el cambio climático. Les había cantado las 40 a los líderes mundiales, incluido al rubicundo Donald.
Aquella mañana, el Divino Pedro tuvo un despertar inesperado. Carmen Igualdad le informó de una magnífica noticia: por fin, podían sacar al dictador de su tumba y conseguir dividir a los españoles en dos bandos, los que ganaron la Guerra Civil y los que la perdieron. Habría que acabar con la bobada esa de la reconciliación nacional! Soplar sobre las heridas cicatrizadas y hacer brotar la sangre e incluso el pus. Se estremeció de placer... El odio le llevaría muy lejos. Divide y... vencerás!
Había conseguido sembrar la cizaña en Ciudadanos, vilipendiando a Rivera, haciéndole pasar por veleta y desacreditado a Iglesias como intolerante y peligroso. Ahora, se dedicaba a hacer crecer el mito de Errejon, el Niño Prodigio aunque, algunos malévolos lo llamaran el... Niño de la Bruja.
Habría que cortarle los vuelos, no fuera que se convirtiera en una amenaza para el PSOE. Las exequias de Franco distraerían al personal y opacarían la figura del Niño Rebelde.
Estaba entusiasmado en Naciones Unidas ante tanta juventud ardiente que se creía a pies juntillas que se podía frenar el cambio climático. Esta gente ingenua que, en su partido se llamaban las bases, eran las que le habían encumbrado y logrado derrotar a
los feroces dragones de Juegos de Tronos que eran los barones socialistas. Sin ingenuos, los políticos del destino no podían existir. Los aventureros estarían de capa caida.
Otra magnífica noticia, aunque esto no se lo dijera a nadie, fue conocer las estadísticas mundiales sobre prostitución que situaban a España en el tercer puesto y que la consagraban como país de puteros por excelencia. Cerró los ojos, se imaginó en su corte de Pedro I de Pozuelo con una multitud que le aclamaba. A la derecha, las mujeres ilusionadas en derrotar el machismo que le osanaban como el macho alfa, su héroe.
A la izquierda, los hombres de la España real, los que frecuentaban los polígonos industriales y los puti clubs. Los que mentían hacían trampas y eran unos pillos redomados.
Las dos caras de Plurilandia las feministas y los puteros. Estos eran sus apoyos, las que soñaban con conseguir la dignidad y los que no la tenían. Un dúo impresionante y sobre el se basaría el comienzo de la Dinastía de los Pozuelo.
Tenía que conseguir hacerse una foto con Greta
Joaquín Antuña - joaquinant@hotmail.com
