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La juventud bancaria en el siglo XX (17)

martes, 10 de septiembre de 2019
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Promociones

Aproximadamente al año de pertenecer Queimadelos al Banco de Crédito y Ahorro se La juventud bancaria en el siglo XX (17)convocaron nuevas oposiciones de Auxiliares administrativos. El volumen de operaciones y la apertura de nuevas sucursales hacía sentir la falta de personal para atender debidamente todos los servicios de la entidad.

Esto dio ocasión a una corrida de puestos y a una reorganización de negociados para ocupar a los empleados recién admitidos. Con este motivo, Queimadelos pasó a desempeñar una mesa en el negociado de Giros y transferencias. Se alegró de no haber quedado en cualquier otra del suyo anterior porque se juzgaba bien documentado en aquellas tramitaciones debido a haberlas presenciado y participado durante aquel tiempo.

En su nuevo cometido tendría ocasión de practicar en funciones menos conocidas para él, al mismo tiempo que trataría con otros jefes y compañeros de los que esperaba seguir aprendiendo, cual lo había hecho con los de sus antiguos servicios, toda la serie de conocimientos experimentales correspondientes al trabajo que desempeñase y al de las mesas inmediatas, que también procuraría dominar por visión y audición de lo que en ellas se tratase.

Podía definir la sección a la que pasaba como un conjunto de funciones destinadas a eliminar el tiempo y el espacio en la situación de capitales. Gracias a su organización, en el mínimo de tiempo que requiere un despacho cable-telegráfico o telefónico, o cuando más una carta, para cruzar el inmenso kilometraje de las provincias y de las naciones, el dinero iba a situarse de plaza en plaza, precisamente allí donde fuese necesaria e importante su presencia. Y todo ello garantizado por un control de claves y de comprobaciones que eliminaba la posibilidad de error y/o de fraude.

La red de sucursales y de corresponsales se encargaba de facilitar las relaciones fiduciarias entre cuantas personas o entidades tuviesen necesidad de ellas.

A los receptores con cuenta abierta en el Banco de destino se les abonaba en la misma el importe a percibir, con cuya facilidad les quedaba correspondido su derecho a poseer la cantidad girada y se les brindaba un depósito productivo hasta el instante en que decidieran disponer de aquellos fondos. Para quienes careciesen de cuenta había la facilidad de retirar el importe de la orden de pago a su favor mediante el simple requisito de la estampación de su firma en un recibo de caja. Y, finalmente, para unos y otros, incluso para anónimos portadores, si así lo hubiese establecido el librador del documento, contaba el repertorio bancario con la emisión de cheques en distintos formularios, que cumplían a satisfacción las finalidades que conviniesen al ordenante del giro.

Tan sencillo resultaba liquidar las transacciones en plaza, por entrega de efectivo, de talones o de órdenes de traspaso de cuenta, como aquellas otras efectuadas en los puntos más inusitados de los continentes, valiéndose de las órdenes bancarias de abono y de pago, de cartas de crédito o del libramiento de cheques nominativos o al portador, simples o cruzados, en moneda nacional o en moneda extranjera. En todo y en todas partes existía la eficaz y silenciosa actuación de la Banca, facilitando la realización de todas las manifestaciones y de todas las exigencias del comercio y de las relaciones familiares y sociales.

Anexo a Giros estaba el departamento de Compensación, que tenía por objeto el canje recíproco de multitud de libramientos, principalmente cheques, efectos de comercio y transferencias; venía a ser un intercambio de operaciones anuladas a igual importe, y cuyo excedente habría de ser imputado a la parte que correspondiese.

En cuanto a la organización del negociado, encontró en él pocas cosas que fuesen novedad para sus conocimientos; los libros registros eran una serie de encasillados que permitían consignar los datos más interesantes de cada operación, y conservarlos por correlación de fechas para aclarar en su día cualquier incidencia que pudiera presentarse. La contabilización recogía los importes percibidos del ordenante, y los distribuía llevando a la cuenta de la sucursal o corresponsal pagador el líquido girado; a la cuenta de resultados la comisión correspondiente; y a las recuperativas de franqueos y timbres el valor de los suplidos. En cuanto a la redacción de la correspondencia necesaria se precisaba anunciar el giro, sus características, el medio de reembolso, así como los detalles particulares de cada caso.

Queimadelos se había convencido –y éste opinaba igual que todos sus compañeros- de que las funciones de los empleados de Banca en lo estrictamente oficinístico se circunscriben a cubrir formularios de acuerdo con las particularidades de cada operación. Pero esto era sólo una parte: cubrir impresos es lo manual, pero dar vida y ciencia, infundir eficacia económica a cada una de las operaciones es algo profundamente intelectivo; esto correspondía de un modo especial a los directivos de la empresa, pero también a los empleados en cuantas funciones independientes tuviesen encomendadas, en todos aquellos casos en que precisaba intervenir su raciocinio; y es ahí donde la máquina no puede sustituir al hombre: un mecano realiza impresiones uniformes para las que esté adaptada su maquinaria, pero sólo esas, sin poder recoger las variantes que imponga la especialidad del caso o el libre albedrío del cliente.

En los primeros tiempos de la Banca, como en los presentes, pese a los adelantos de la automatización, el hombre necesita al hombre para comprenderse en sus apetencias, para efectuarle las misiones que tenga a bien ordenar. Si las finanzas se llevasen a cabo en moneda metálica podrían hacerse varias operaciones utilizando un mecanismo que apreciase los importes por su volumen y peso, pero en épocas tan precisadas del billeteo y del crédito se hace insustituible la actuación de empleados que controlen al uno y al otro. Con todo ser el hombre inteligente y adaptable a las circunstancias por las que atraviese no es fácil en muchos casos llegar a mutuas comprensiones y acuerdos, así que resultaría una utopía descabellada ponerse a inventar maquinaria financiera. Aquí tenemos el tan discutido humanismo de la gente de Banca, la controversia de que estos empleados, por obra de una monotonía implacable, convierten al hombre en un ser apático y miserable. La promoción a la que pertenecía Queimadelos estaba comprobando por si misma que lo monótono sólo existe con respecto a ciertos formularios de operaciones, pero tan sólo en el papel, en sus estampaciones tipográficas, pues en torno a esos mismos impresos se hacía precisa, a cada instante, la exhibición y superación de una vasta cultura, y en el campo de relación de esos mismos oficinistas reinaba constantemente, sin que la entibiasen su gran responsabilidad ni lo intrincado de algunas misiones, una grata camaradería y un entusiástico producir.
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Preparando opositores, abriendo puertas.


La juventud bancaria en el siglo XX (17)Dos empleados del Banco organizaron unas clases de preparación para opositores. Esta academia tenía la finalidad, en su creación, de capacitar al personal subalterno, botones y ordenanzas, para su pase a la escala técnica, a aspirantes; como estos eran pocos, decidieron admitir también opositores extraños al Banco, y cuando la asistencia se hizo numerosa, aquellos compañeros propusieron a Queimadelos que se hiciese cargo de la clase de operaciones bancarias, materia en la que le juzgaban especialmente documentado.

Transcurridos los tres meses de plazo que solían dar las convocatorias para la preparación de los exámenes, Queimadelos se encargó de resumirles las nociones básicas del programa, con la finalidad de que aquellos alumnos tuviesen frescas y recientes las ideas generales del temario. Con este motivo improvisó una especie de conferencia en la que resumió la organización contable de la Banca. En síntesis:

-“Tengo que deciros, ante todo, que la didáctica contable debe descansar en principios abstractos e intelectivos, o lo que es igual, en una previa reflexión sobre la materia, que permita después razonar las fórmulas. Antes de estudiar sistemas, comprender los principios y la lógica de los hechos contabilizables. No vais, pues, los que merezcáis aprobar en esta ocasión, a entregaros a unas normas rutinarias, sino a emplear toda la inteligencia de que seáis capaces en el desempeño de vuestros cometidos.

“Un contable es, o ha de ser, ante todo, una especie de inventor de procedimientos simplificativos, sintéticos, pero expresivos, que condensen la reseña de los hechos que afecten o modifiquen los valores actuantes; para ello se ha de operar sobre las leyes básicas de la contabilidad general que tenéis estudiada, moldeando al asunto de que se trate aquellos principios que le sean aplicables.

“En la práctica os será de suma utilidad recordar estas dos definiciones primarias, en las que henos hecho tanto hincapié considerando su importancia: que la contabilidad es la adaptación de las cuentas a las situaciones económico-administrativo-financieras; y que “cuenta” es la consignación más simple de la contabilidad y de la calidad de toda modificación patrimonial. También os resultará interesante recordar estas otras definiciones: que el título de la cuenta es el mínimo elemento, en aras de la claridad, que permite identificar sus funciones; que saldo es el resultado de sustracción de los elementos de una cuenta; que los hechos contables son las transformaciones sucesivas del capital, o de la función del mismo en cuanto a la presencia de derechos y obligaciones que le afecten.

“Para conocer la organización del Banco, e incluso la vuestra propia, habéis de tener presente que los libros contables deben clasificarse en: elementales, o de primeros asientos; de ordenación general o de desarrollo minucioso de cosas accesorias; y principales o sintetizadores de anotaciones conjuntas. Voy a ceñirme en esta última clase, en esta última lección que sostenemos de profesor a alumno, porque una vez ingresados los cambios de impresiones que mantengamos serán de compañero a compañero, a un conglomerado de ideas que os resulten más genéricas que formulistas, para que os sirvan de orientación en los ejercicios del examen, sobre todo si os salen temas en cuyas definiciones estéis poco versados.

“Una de ellas es que la flexibilidad de la contabilidad permite registrar al momento en que se produzcan las mutaciones económicas; controlar los derechos ciertos, tanto que sean a nuestro favor como a nuestro cargo, y que originarán hechos materiales; también permite recordar la posibilidad de sucesos remotos, que si bien no afecten de momento a la empresa, pueden hacerlo en un futuro que conviene no perder de vista para que ésta se desenvuelva regularmente.

“Todo en contabilidad, como ya os tengo dicho, es puro raciocinio ya que se basa y actúa en idealidades o representaciones de la realidad financiera, empezando por la convención de un capital sometido, siguiendo por la estimación equivalente de los valores transformados, y concluyendo por la regularización en inventario de las equivalencias utilizadas. Ya que de equivalencias hablo, he de añadir que son norma, en principio, para la traslación de valor de una cuenta a otra; para el día del inventario se reservan las correcciones o regularizaciones del valor, efectuando imputaciones estimativas de lo que tuviesen de inexacto esas igualdades que acabo de mencionar.

“La contabilidad, como impresión numérica, expresiva y recordativa de los hechos contables, es la sencillez misma, la máxima sintetización; las complicaciones que puedan presentarse no serán intrínsecamente contables sino expresión de la complejidad de la operación que las motive. Este arte, que ya tiene sobrados principios experimentales como para denominársele ciencia, pone en juego y conecta circunstancias administrativas, económicas y financieras, hechos heterogéneos y materias aglutinadas, con lo que resultan situaciones delicadas, confusas, y profundamente científicas.

“En lo político, aunque esto, de momento, sólo os interese a título informativo, contabilidad es la consignación comprobable de las relaciones entre la administración y sus organismos con los poderes públicos.

“La Banca es un comercio en el que se trafica con la moneda y el crédito; su contabilidad será, por tanto, financiera. Y el sistema contable empleado es la partida doble, médula de toda organización moderna; cuantos nuevos métodos se creen no merecerán, por mucho tiempo al menos, otra calificación que la de adiciones simplificativas o extensivas, según los casos.

“El conjunto del sistema contable tiene una bifurcación fundamental: cuentas deudoras y cuentas acreedoras; con ellas se enfrentan la personalidad sobreentendida de la empresa y la de todos aquellos que, por haberle cedido fondos, se consideran acreedores. Toda cuenta, al quedar deudora, representa a la empresa, y las acreedoras indican los proveedores de medios. Las cuentas deudoras no pueden acreditarse sin haber recibido aquello de que se quiera disponer. Las cuentas acreedoras pueden disponer sin haber recibido ningún valor.

“Para conocer distintamente la función de este cuadro paralelo de cuentas que veis en los balances tened presente estas diferenciaciones: Activo es una denominación que por sí sola ya dice la función de los bienes comprometidos, su servicio activo en la organización financiera. Pasivo también responde a su significado etimológico al recoger aportaciones representadas en títulos documentarios a los que no afectan las futuras transformaciones del valor entregado. Para complemento de este dúo de columnas: que las cuentas de orden son un mero reflejo de operaciones que en sí no pueden soportar ninguna alteración de importes.

“Para interpretar debidamente asientos o cuentas utilizadas es preciso conocer los hechos que las motivaron y los fines que se propone la administración de la empresa. Los hechos suelen verse a través de la síntesis del apunte, y los fines se observan prolongando sobre la orientación del negocio los efectos propios del juego contable utilizado, con lo cual se llegará a una asociación íntima de ideas que aclarará el asunto.

“Los adelantos en técnica administrativa nacen de las derivaciones de hechos económicos simples que los financieros tuvieron que afrontar utilizando sistemas especiales de actuación por no resultarles oportunos los ya conocidos; la divulgación dentro de la empresa o del campo colega engrosó el conocimiento general, que a su vez serviría de base para la resolución de situaciones todavía inéditas.

“Al amparo, y con sujeción a la legislación vigente, a ese progreso contable del que estoy hablando, y al especial honor de los estatutos, las operaciones actuales de la Banca son absolutamente lícitas, seguras y regulares; esta certeza os dará, a través de vuestra profesión, el goce íntimo de saberos colaboradores en una de las empresas más dignas; todo aquel mito de que la Banca y sus empleados somos unos auténticos judíos (Risotada en la clase) pasó a la historia, y forma nuestra absurda leyenda negra.

“Ya que os hace gracia, contaré una anécdota que demuestra cómo otras actividades, preciadas de nobles, tuvieron principio más turbios que las oficinas y los puestos de cambio: Se dice que cuando Mollen, ministro del Tesoro en Francia, con su decisión de aplicar a las administraciones fiscales la partida doble, creo la revolución administrativa y aireó déficits que muchos dignatarios se empeñaban en disimular bajo anotaciones complicadas y astutas, hubo incontable suicidios. ¿Qué os parece? Pero con ello empezó la era del comercio y de las administraciones saneadas, por la dificultad de ocultación o fraude!

“El principal papel de la contabilidad es la separación en final del ejercicio de los beneficios y las pérdidas, meta de toda explotación; y la idealización es que, deducidas las pérdidas, involucradas con los gastos, quede un margen de beneficio compensador de las actividades desarrolladas. En definitiva, todos los otros fines de la contabilidad conducen también a organizar la empresa de forma que presente un lucro claramente localizado en los libros contables. He aquí un grafismo en el que radican los principios de estas funciones: el pasivo es el punto de partida y la procedencia de los medios del negocio; y el activo es la situación a una fecha dada de esos medios o valores.

“Acerca de los negocios os diré que son una ciencia polifacética. El desenvolvimiento y la prosperidad de una empresa o Estado depende no sólo de sus fuentes de producción y de sus medios de explotación, sino también de las reflexiones, temperamento y observaciones de sus mandatarios administrativos, y en todo esto tendréis vuestra colaboración haciendo posible con vuestros cometidos el que esos mandatarios dispongan de datos o elementos de juicio para encauzar las operaciones de la empresa.

“En lo económico, las grandes realizaciones de la Banca se deben a la asociación de pequeños capitales, endebles por separado, pero que englobados pueden originar actividades de gran rendimiento y eficacia. Los individualismos suelen ser reducidos en capital y poco propicios para la confianza pública ya que ésta tiene que descansar en las arbitrariedades y azares de la persona representativa del negocio. El capital individual puede ampliarse apelando al crédito, pero este recurso también resulta limitado pues las concesiones que se obtuviesen habrían de estar condicionadas a la solvencia patrimonial. Considerando esto, resulta imposible afrontar grandes operaciones con capitales particulares, y se apela a la organización en sociedad, dotada de una personalidad jurídica que le granjea la confianza necesaria.

“¡Ya sabéis que la moneda es una mercancía general de cambio; pues bien, todo cuanto se refiera a las actividades bancarias ha de girar en torno a esa misma mercancía, que es al mismo tiempo el instrumento de transacción universalmente reconocido. Conceder crédito es permutar esa mercancía por otra cantidad que habrá de recibirse a plazo; recibir crédito es admitir mercancía monetaria para trabajar con ella y reintegrarla acrecentada con un rédito adecuado.

“El crédito, mientras no se salda –desde la disposición hasta el reintegro- es una moneda contable que suple a la efectiva que habrá de recibirse en su día. Prácticamente, el crédito es una facilidad consistente en la prestación de bienes a quien está capacitado y tiene oportunidad de someterlos a rendimiento, en cambio de la cual se espera recibir un beneficio compensador, ya sea directamente en sustancia, ya en las ventajas de descongestionar un stock inmovilizado e improductivo. El procedimiento de crédito más generalizado es la letra de cambio. Su descuento es el beneficio que obtiene la Banca por la inversión, el riesgo y la tramitación del crédito; el interés del descuento de ese anticipo de dinero que se concede mediante las formalidades de cesión del documento instrumental del cobro futuro ha de comprender, como es lógico, además de un margen de lucro neto, el porcentaje a satisfacer por el dinero de terceros invertido, así como una fracción prudencial que permita cubrir el riesgo de las insolvencias.

“Para cerrar esta divagación, pues divagación ha sido según os anuncié al principio cuando os dije que hablaría de ideas generales con el objeto de que las pudieseis aplicar a todo el cuestionario, recordaremos los temas del balance; y esto viene al cierre, cual ocurre en contabilidad, puesto que tales operaciones también se efectúan en final de determinados períodos.

“Con pocas palabras podemos esquematizar esto: el balance de comprobación es un resumen metódico de las contabilizaciones efectuadas, y expresa la posición final de los elementos que afectan al patrimonio; lo forma el cuadro general de las cuentas utilizadas. El balance de situación es la ordenación por grupos de analogía administrativa de los saldos del balance de comprobación. El inventario tiene por misión presentar a una fecha dada la situación del patrimonio regularizada de las ficciones contables.

“Respecto a la perspectiva de ampliar vuestros conocimientos una vez ingresados, tengo que deciros que el principio de distribución del trabajo que sigue la Banca permite al empleado investigar en lo más laberíntico de su tarea para localizar procedimientos simplificativos y para determinar el alcance de los sistemas de administración utilizados; de esta especialización racional nacen conocimientos que se transmiten a la masa de técnicos por compañerismo y por visión común del trabajo que se realiza en cada negociado; más es, que esta especialización lleva aparejada una rotación de servicios por periodos breves que permite al empleado conocer otros departamentos y evitarse la automatización y el inaliciente de una permanencia indefinida en cualquier trabajo delimitado. Ahora bien, el afán superativo del novato debe extenderse, asimismo, a una concienzuda documentación en textos adecuados que le permitan conocer los puntos superiores de la técnica financiera, cuyo logro, sobre la práctica, sólo llegaría a conseguirse después de una antigüedad considerable, tiempo que puede adelantarse con un poco de buena voluntad.

“Ahora, que merecéis un descanso, nos vamos a tomar unas cañas en el café “Atlántico”; allí brindaremos por vuestro éxito”.

Así, con el compañerismo y la jovialidad característica en los empleados de Banca, que saben ser serenos cuando lo exigen las circunstancias, y disfrutar cuando es oportuno, terminó aquella jornada de clases, que daría paso a otras, múltiples, de convivencia productiva.
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Gómez Vilabella, Xosé M.
Gómez Vilabella, Xosé M.


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