Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

El viejo amigo Cicerón

martes, 10 de septiembre de 2019
El viejo amigo Cicerón
Es raro ver en nuestra escena una obra filosófica de corte volteriano y esto es lo que nos ofrece Ernesto Caballero interpretado magistralmente por ese monstruo de la escena que es José María Pou.

Es una obra de ideas. La trama es simple y el mensaje claro y meridiano. El actor catalán interpreta a un veterano estadista retirado que interpreta el papel de Cicerón con muchos guiños a la realidad actual.

Cicerón se bate por la República, hoy la llamaríamos democracia y hablaríamos de los derechos humanos. En tiempos de Julio César el Divino Calvo, que era un hombre para todas las mujeres y una mujer para todos los hombres se trataba de dictadura y de abolir las libertades.

Bruto y sus conjurados al asesinar a Julio César en los idus de marzo pretendían restablecer las libertades y se oponían a la dictadura, que luego daría paso a la arbitrariedad de los doce Cesares.

El dramaturgo cita todos los textos que conoce y maneja toda persona medianamente culta, desde Catalina y el correspondiente 'Quosque tandem calilina abutere parienta nostra' a la expresión oh tiempo y oh costumbres como si estuviéramos en una clase de latín o de filosofía politica.

Esta poderosa parábola no es fácil trasladarla a nuestros tiempos. Se comprende el mensaje del respeto de la ley como base para la convivencia en libertad, pero la pregunta es quien amenaza nuestras libertades, los populistas con su demagogia o el poder establecido que pretende perpetuarse y acabar o cercenar nuestras libertades civiles.

En España como candidatos a ser la diana contra la que se lanzan los dardos tenemos a los nacionalistas independentistas que no respetan las leyes y se burlan de los tribunales de justicia y desean romper nuestra convivencia.

Tenemos también un aventurero ambicioso que desea perpetuarse en la cima del poder utilizando la mentira y disponiendo a su antojo de los resortes del poder abocando a su país a la descomposición y al caos.

Si tomamos nuestra transición como el momento de máximo apogeo de la concordia y del respeto de la ley, sus enemigos contra los que hubiera luchado Cicerón son los que se oponen a nuestra Constitución o la ponen en peligro para obtener unos beneficios bastardos.

Naturalmente los Bruto actuales que bien pudieran ser el Guerra, Felipe González y sus barones no utilizarían la violencia fisica, sino que derrocarrian al tirano de forma incruenta.

Lo mismo vale para quienes desearan reinstaurar dictadura de corte franquista, los nostálgicos, que tienen muy pocas probabilidades de salirse con la suya.

El viejo amigo Cicerón nos hace reflexionar y ojalá consiga abrir los ojos a muchos ciudadanos embaucados hoy por un ecologismo desaforado, por un feminismo opresor y por los antisistemas que quieren poner coto a la desigualdad saltándose la ley y desean embarcarnos en utopías fracasadas y ensangrentadas. Lo mismo vale claro está para los nostálgicos que francamente están fuera de juego.

Habrá otras personas con una diferente visión del mundo yo soy de la escuela de Cicerón y creo en el imperio de la ley y la Constitución, soy un hombre de la transición democrática.

Joaquin Antuña - joaquinant@hotmail.com
Antuña, Joaquín
Antuña, Joaquín


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES