Biarritz ha sido siempre un lugar de moda para el veraneo de los acomodados parisinos y de los aristócratas y elegantes de Espana. Sus salones de té, su famoso bar Basque, el
Casino donde los españoles adinerados se jugaban las pestañas en la dictadura, la playa con el sugestivo y picaron nombre de Chambre D'amour, ¡oh, la, la! y dominándolo todo el Grand Palais, la residencia de la emperatriz Eugenia de Montijo, egregio regalo de su esposo Napoleón III, el que se acostó presidente de la República y se levantó emperador del Segundo Imperio.
En este famoso Casino, según las malas lenguas, pasaron y padecieron quebrantos económicos: la mujer de Banus, el constructor del Barrio de la Concepción (a la que llamaban "la carroza" por sus alhajas), la rumbosa Lola Flores, el torero Antoñete y el ídolo atlético, Luis Aragonés entre otros muchos cuando en España estaba prohibido el juego.
Pedro I de Pozuelo, el Divino y su consorte la reina Begoña, ambos muy elegantes, especialmente ella con un vestido larg de cocktail que quitaba el hipo, continuaron con las
presencias de personajes españoles en esta coqueta ciudad vascofrancesa.
La previsora Begoña se había hecho preparar un par de vistosos monos obreros como el modelito rojo que lució en Cuba y que encandiló a los compañeros castristas. Se los había encargado a Armani para estar a la última moda proletaria en el caso de que, antes del G -7, por necesidades políticas, hubieran tenido que ir a ver a los amigos de la Contracumbre de Podemos, Bildu y ERC.
No hizo falta pues, los veinte mil policias, gendarmes y antidisturbios impidieron las bonitas practicas no violentas de romper lunas, quemar cajeros y estallar contenedores de basura y... así nuestra bella soberana in pectore no tuvo que endosar el mono anticapitalista.
Como se trata de soberanos in pectore, el Presidente Macron rebajó esta visita regia de los monarcas de Pozuelo a la visita de cortesía y, los Pozuelo causaron sensación por su belleza y elegancia.
Donald Trump sugiririo cambiar el nombre de la calle principal de Nueva Orléans por Pozuelo en vez del anticuado Bourbon y... su cuate, Boris, prometió propiciar un encuentro de los Pozuelo con los Windsor.
Angela Merkel pidió cita a su endocrino para controlar los temblores que sufría cuando veía a Pedro I.
Todo un éxito de la España! Perdón, Plurilandia global que, la resistente Irene Lozano, impulsa con tanto acierto.
