Esta es la pregunta con ciertas personas que tienen un desdoblamiento de su personalidad. A quien te vas a encontrar al doctor Jekyll, amable, serio y circunspecto o al luceferino y airado señor Hyde.
Estos dos personajes inmortales de Robert Louis Stevenson son muy frecuentes en nuestra sociedad acelerada y donde las redes sociales nos permiten bucear en los misterios de nuestra personalidad.
No hace falta ser misógino para afirmar que las mujeres con sus deseos insatisfechos, sus fobias y sus filias y pulsiones secretas son muy adictas a este cambio de humor repentino que te deja estupefacto.
No sabes si estás hablando con la doctora Jekyll y de repente aparece la señora Hyde y no han pasado ni diez minutos de esta transición repentina. La razón estriba en los códigos en clave que tiene un cerebro femenino.
Las damas deambulan por campos minados que son muy difíciles de evitar. Incluso con la mejor voluntad del mundo se toca la fibra sensible y la doctora tranquila y afectuosa se convierte en fiera corrupia.
Es como jugar al rojo o al negro en la ruleta, o al doble o sencillo en el casino. De ahí que la famosa aria del Duque de Mantua del tercer acto de Rigoletto "la donna e mobile, qual pluma al vento, muta d'acento e di pensiero" se parezca tanto a la realidad y tiene pedigree, ya que procede de Victor Hugo y la música de Verdi.
Por ello propongo que la famosa frase del ligoteo estudias o trabajas se sustituya por eres Jekyll o Hyde? Y que al abordar a la jefa en el trabajo o en el hogar nos preguntemos quien toca la razonable Jekyll o la imprevisible Hyde.
Suerte amigos.
Joaquin Antuña - joaquinant@hotmail
