
En esta pintura del siglo XIV en las paredes del Templo de Labrada, el pintor refleja el infierno, como una caldera donde están los siete pecados capitales que son femeninos como la gula, la ira, la codicia, la envidia... por eso lo representa con mujeres.
Pero lo curioso que después quien entra condenado a la caldera del infierno,es una figura de un Obispo...
Es lo que algunos Obispos se merecen, por herir, con sus declaraciones, de manera exagerada a los hijos de Dios.
El arzobispo de Burgos pide a las víctimas de violación que resistan hasta la muerte para "defender la castidad".