Dentro de esta fiebre del orgullo que nos inunda en Madrid ha aparecido una palabra nueva, la partícula latina cis que significa desde fuera y opuesta a trans. Así se habla de
personas cisgenero y transgenero. El vocabulario del colectivo LGTB se abre paso, al igual que el colectivo feminista utiliza el adjetivo inclusivo, para significar la igualdad de género que quieren imponer hasta en el Diccionario de la Real Academia.
Un radical de lujo, la gauche divine, la divina izquierda o gauche caviar llena las terrazas madrileñas de Chueca con incursiones al callejón de Jorge Juan con estas delicatessen lingüísticas y se bandean contra el sofocante calor de la canicula madrileña en interminables conversaciones maldiciendo a Vox y a la España en blanco y negro que tantos votos supuso para Pedro I, el Divino.
Sin decirlo pretenden que todos seamos cis o trans y siempre inclusivas o inclusivas y lanzan furiosos anatema a quien se atreva a cuestionarlos y se opongan a esta moda del género que nos acompaña hasta en la sopa. La lucha contra el patriarcado, el vituperio del machismo nos persiguen en la prensa y medios de difusión de esta Plurilandia transgénero, donde es cada vez más difícil distinguir a los cistontos de los transtontos, y a las idiotas inclusivas de los idiotas exclusivos.
De ahí la utilidad de esas brigadas de empoderantes que quieren visitar a todos colegios del país predicando la buena nueva de los LGTB, un Camino o un Kempis de otro signo y con otro mensaje. Me imagino a los adolescentes haciéndose un taco mental y convirtiendo estas palabrejas en armas arrojadizas. A tu eres un trans contestarán airados yo soy un cis, tu eres una inclusiva replicando yo soy una exclusiva, si les gusta Madame Monasterio.
Son tiempos felices de cabalgatas, de camionadas, de manifestantes de la liberación sexual y del alegre desmadre. Al coloquense del profesor Tierno sucede ahora se un cis-trans muy inclusivo.
No es de extrañar que nuestra natalidad sea tan baja con tanto cis-trans e inclusivas sueltas. Los espermatozoos se han puesto en huelga en este mundo del delirio y delicuo trans. Empezamos a vivir en el Mundo feliz de Aldous Huxley.
Joaquin Antuna - joaquinant@hotmail.com
