En Gijón todos los veranos en el Teatro Jovellanos de Begoña la gran cita era el estreno de la obra de su ciudadano más querido Arturín, Arturo Fernández, el que divulgó lo de
llamar chatín y chatina a sus amistades.
Era muy asturiano y seguidor de su Sporting, lo recuerdo en Vallecas mordiendose las uñas y un gran conquistador, un caballero de cuerpo entero piropeaba a todas las damas y en sus comedias las arrobaba a todas con su hombria, su elegancia y su gran labia repleta de requiebros y de frases cariñosas astuarianas, no se apeaba del guapin y guapina, riquín y riquina y claro chatín y chatina.
Fue un gran empresario, que no recurrio nunca a las subvenciones en las que no creía. Hombre de derechas porque creía en la libertad y la creatividad personal y en el esfuerzo privado. Fue muy taquillero actor favorito de las señoras muy cuidadas de peluquería antes de asistir sus funciones para lucir muy ufanas en la segunda juventud, que asistían con sus hijas embobadas ante este galán tan bien vestido, siempre muy cortes y roba corazones, pero sin engaños, ni malas artes.
Sus obras eran comedias de enredo, muy blancas incluso en sus ingenuas picardias y sus situaciones equivocas no pasaban de ser aventuras típicas de lo que en Francia se llaman comedias de bulevar. Muy graciosas y chispeantes en que un galán maduro se las había con una atractiva y joven dama.
Recuerdo un 31 de diciembre en que célebre el fin de año en el Teatro Infanta Isabel y a un elegantisimo Arturo brindando con los espectadores con palabras muy escuetas de feliz año, sabido es que los actores necesitan a sus escritores y guionistas. Arturo sentado en un saliente del escenario, sin arrugar la raya de los pantalones nos deseaba lo mejor mientras se oían en una radio las campanadas de la Puerta del Sol.
En Priañes un poblado del municipio de Oviedo se le ha erigido un precioso monumento de cuerpo entero del escultor Santiago de Santiago lo que para un gijonés sinifica superar un prejuicio regional y elevarlo a símbolo total de caballero galante asturiano.
Su vida sentimental tiene en Carmen Quesada su gran aventura amorosa que duraba ya cuarenta años desde que a los 50 años conoció a una joven de 21 años que le regaló su
gran amor romántico. Su matrimonio con la aristócrata catalana Isabel Sensat duro diez años y le reportó tres hijos María Isabel, Arturo y Boby, María Dolores. Una vida plena con un matrimonio de juventud y un amor para toda la vida.
Hasta llegar a su última obra Alta seduccion hubo muchos títulos muy importantes como La tonta del bote que consagró a la inolvidable Lina Morgan, como la serie Truhanes con Francisco Rabal o la Casa de los lios que quedarán para el recuerdo de los aficionados al teatro y al séptimo arte.
Una vida plena de infatigable trabajo del humilde hijo de anarquista que con su talento, su gran palmito y su esfuerzo se elevó al Parnaso de los grandes artistas.
Madrid le dedicará una calle su Asturias un gran espacio para su recuerdo imperecedero. Ha fallecido hoy a los 90 años y el mundo del espectáculo honra a su titán, el caballero sin tacha, un galán salido del pueblo que escaló la cima profesional y arrancó miles y miles de sonrisas y carcajadas a todos los españoles y sueños romanticos a todas las suspirantes ibéricas y a sus caballeros aspirantes a conquistadores. Un ejemplo para un tiempo de mal gusto, greñas y vulgaridad. Se nos ha ido el Petronio asturiano, que fue muy trabajador y muy buena persona.
Reposa en paz chatín!!!
Joaquin Antuña - joaquinant@hotmail.com
