Me encuentro en Osaka y echo mucho de menos a mi Carmen Igualdad y a mis embobadas majorettes aquí no me hace caso nadie, ni siquiera la Angela me piropea, están todos enfrascados con el bufón de Donald, que se pasea triunfante por pasillos y salas hasta llegar al salón de la conferencia del G-20.
A veces me da la impresión que me toman por el mozo de los cafés o el aguador de tiempos remotos. Me han preparado un papel los chicos de Borrell, que espero poder colocarlo en Europa y que deje de ser mi Pepito Grillo.
Estoy tan orgulloso de estar aquí que camino levitando como el mismísimo padre Pio de Pietralchina. Macri me pregunta por los de Podemos y me advierte que son muy pegajosos y peligrosos como sus peronistas, que no me confien, que son capaces de hundir la economía y hacer nuevos pobres para instaurar el chavismo. Creo que Macri delira y no se da cuenta que puedo perderlo todo sino hago chambelán al Coletas. Cada uno tiene sus quebraderos de cabeza.
No entiendo de que va esta conferencia los europeos con la matraca del medio ambiente, les gusta lo verde y todas esas lindezas, son unos señoritos mal criados, que quieren seguir con su bienestar y poner trabas a los demás.
Putin me da miedo creo que no es de fiar, el japonés un listo que me habla de flamenco y toros. El chino me aburre con la ruta de la seda, que tengo que decirle a Begoña que no tiene nada que ver con la pasarela Cibeles.
Con los sudacas llamo a mi Mary Poppins para los del Mercosur o como se llame que con tantas siglas me pierdo no vuelvo a viajar sin Irene la que escribió mi libro pues tiene mucha labia, que tía más desenvuelta.
Lo que me ha disgustado ha sido el gesto de Donald. Yo quería hablarle del muro con México y casi me da un tantarantán, me indicó mi asiento y no me dió un puntapié porque tuve buen cuidado de ocultarle mi traserillo. Es un grosero y como dice Isabel la novia de mi biógrafo es un talibán y un mandón.
Los pilotas de exteriores dicen que simplemente Trump quería hacer de acomodador, que modales, que horror, Este tío me ha calado y sabe que detrás de mi ambición hay un gran vacio, soy muy guaperas pero cuando me sacan de mis juegos de poder y de palabras no se que decir.
Chinos y americanos se comen el pastel del mundo y los demás a hacer genuflexiones y inclinar el gañote no nos queda otra. Donald ya me ha dado una amarga lección con su gesto, me ha mandado al corner, menos mal que en España excepto Albert nadie se da cuenta y que siga así por muchos años.
Joaquín Antuña - joaquinant@hotmail.com
