Los padres de la patria estos días están en la feria de las vanidades y tienen que trabajar y currarse su sueldo. Pedro I se recrea con sus entrevistas y sus viajes a
Bruselas. Está feliz, marea la perdiz, lo que se le da de maravilla. Sancho Abalos desgrana sabiduría cazurro convirtiéndose en el oráculo del líder supremo.
Es increíble las pocas ganas de trabajar que denotan sus señorías, los plazos se dilatan y los días pasan. El Divino ya tiene el mandato del rey pero no tiene prisa. Triunfa el San Isidro con los ángeles arando los campos.
Sin embargo hay plazos ineludibles, la constitución, de las asambleas de las autonomías y un super sábado para las alcaldías. Se intrigan se buscan los puntos flacos, el que más y el que menos esta en verlas vernir. Charlas y negociaciones hasta el último minuto.
El juicio del procés toca a su fin y ya hay ganas de que termine y después de los discursos patrióticos de los presuntos reos tendremos otra espera, que está siendo larguísima en Andalucía en la causa de los ERES. Las cosas en palacio van despacio.
En Madrid "el niño de Carmena" con nombre de flamenco o de torero Errejón ha despertado y avivado los sueños de ser alcaldesa de Begoña Villacís que mientras empuja el cochecito de su bebé se ve en Cibeles con el bastón de mando. Es el arte de entregar y poner las peras al cuarto. Veremos como termina esta pugna por la alcaldía.
Donde las cosas están que arden es en Navarra con la pugna entre los constitucionalistas y los anexionistas al país vasco con los socialistas entre ambos bloques pero con tentaciones de favorecer el nacionalismo que tan rentable les es a los socialistas. Un curioso nacional socialismo.
Los mentideros de Madrid y de media España están llenos de rumores, están en juego cuatro largos años y hay que tentarse las ropas, mientras Pedro I, el Divino, juega sus cartas marcadas y espera a los fallos, ambiciones y debilidades de sus oponentes y alejando lo más posible a sus indeseables y poco apetecibles aliados.
De este juego de sombras chinescas saldrán inevitablemente nuestros regidores. Que Dios reparta suerte.
Joaquin Antuña - joaquinant@hotmail.com
