Como dijo Felipe II el estado soy yo, por eso guardo silencio y no me digno llamar a ningún partido, todos tienen que venir a mi y no al revés pensaba aquella mañana de junio un feliz Pedro I, el Divino y se lo decía a una atónita perrita que lo miraba con admiración.
Sabes Turca me gusta hablar sin dar pistas sobre lo que realmente pienso. Soy el mago del suspenso, dejo a todos con la boca abierta perdidos en las adivinanzas que de vez en cuando les lanzo para que se vuelvan tarumbas tratando de interpretar mis silencios.
Si un día se me acaba el poder podría ganarme la vida haciendo crucigramas. Me convertiría en el rey, esta vez de verdad, del sudoku. Resicitaria el Damero maldito de La Codorniz la revista más audaz para el lector más inteligente.
No les digo nada a nadie ya he explicado que va a gobernar el partido socialista o el partido socialista. Yo soy la luz y el faro ante el que todos tienen que inclinarse y venir a mi. El Coletas, al que llaman el burgués de la Navata,quiere ser ministro si o si. A Carmen Igualdad y a la madre abadesa de las dos aes no les gusta lo encuentran vulgar, ahora que hasta tu mi querida perrita te conviertes en la perra real y esas cursis ya están encargando vestimentas de corte, de mi corte de Pedro I, que históricamente tuvo un pequeño antecedente en Pedro el Grande de Australia.
Tengo que pedirle a Irene Lozano que me de clases de historia, pero se resiste y quiere a cambio la cartera de Exteriores. Se le ha subido a la cabeza mi Manual de Resistencia. Veremos que puesto ocupara en mi corte.Begoña quiere saber que título va a ostentar. Reina no le basta. Si Maria de Montijo fue emperatriz porque no yo, me martillea con sus sueños de gloria.
Así trascurren entre calculados silencios y desaforadas ambiciones los alegres primeros días en la Corte de Pedro I, el Divino.
Joaquín Antuña - joaquinant@hotmail.com
