La Numismática también nos enseña a conocer a nuestros antepasados es una frase escrita por Antonio Otero Míguez, una de esas personas elegidas que merecen ser
recordadas por presentes y futuras generaciones por su valioso legado cultural. Una frase sencilla que une y relaciona importantes aspectos humanos: la ciencia (en este caso dedicada al estudio de las monedas), el conocimiento y la historia.
Antonio Otero Míguez nace en A Rigueira (Xove) en 1932 y se traslada a vivir a Viveiro a temprana edad con su familia, donde fallece en marzo de 2019. Antonio fue, entre muchas otras facetas, un apasionado estudioso de la Ciencia Numismática.
Aficionado ya desde la infancia, a lo largo de las cuatro últimas décadas se especializó en el estudio de la Numismática Antigua y su relación con la Historia. Antonio extrapoló y aplicó al estudio numismático sus conocimientos, técnicas de estudio y habilidades desarrollados a lo largo de su sólida formación universitaria en Náutica. El hilo conductor de su interés fue aplicar el conocimiento proporcionado por las fuentes numismáticas (principalmente libros y artículos publicados en castellano, italiano e inglés que él manejaba en sus investigaciones) al estudio de monedas representativas acuñadas a lo largo de la historia de la humanidad. Asimismo, tenía un interés divulgativo de despertar y difundir la afición por el conocimiento numismático aplicado a la historia. Todo ello sin perder el rigor de las fuentes originales, sino por medio de una síntesis de informaciones contrastadas.
Precisamente en estas fechas se cumple el 20 aniversario de su charla en el Museo Provincial de Lugo titulada Os premonetais e referencia de XXV séculos da moeda hispánica (8 de junio de 1999). Un artículo publicado en el diario El Progreso el día siguiente recogía la opinión de Antonio que mencionaba que la afición a la Numismática está muy poco extendida en general y tampoco está muy generalizada la afición por el conocimiento histórico de la antigüedad.
Se cuentan por cientos las horas (ahora escasas) en las que tuve la suerte de aprender y compartir conocimientos con mi padre político Antonio Otero Míguez. Ciertamente fue una íntima relación paterno-filial cimentada por la Numismática, entre otras muchas facetas gratamente compartidas. Hace 25 años me regaló mi primera moneda romana,
el denario que se puede ver a la izquierda.
Junto a la moneda, Antonio había incluido una sucinta descripción
DENARIO 136 a.C.
A) Cabeza de Roma con casco alado.
Delante X y detrás TRIO
R) Los Dioscuros a derecha;
bajo los caballos CN LVCR
y en exergo ROMA
Aquella misma noche empecé a interrogar a Antonio acerca del significado de aquella jerga nueva para mí. Cada charla con él aprendía nuevos conceptos, nuevos hechos de nuestra historia constatados en parte por pequeños trozos de metal acuñados que llamamos monedas, nuevas relaciones entre la historia pasada y nuestro presente, nuevas formas de pensar
Tiempo después, Antonio escribía un artículo titulado Historia viajera de un denario, un estudio ampliado de otro denario que él mismo regaló a mi esposa, su hija Mary Carmen Otero Rolle, con paternal cariño.
Fue a partir de ese momento en el que se acabó de compartir con plenitud una pasión por la Numismática que nos unió de forma especial.
En ocho pequeñas carillas, entre otra información detallada, Antonio sintetizó de forma precisa aspectos descriptivos de este denario; el significado de las leyendas y de las figuras en anverso y reverso; la interpretación de la forma del cospel y de las contramarcas realizadas sobre la moneda; la historia de la familia de monetarios de la República Romana responsables de la acuñación de la moneda y su pretendida relación con Ulises; la relación de la representación del reverso con el libro de Homero La Odisea en la que refiere a la escena del reverso en la que Argos recibe a Ulises tras su regreso de la guerra de Troya y otras andaduras a Itaca; generalidades históricas comunes a los denarios; particularidades específicas de algunos denarios denominados denarios dentados; comentario de la existencia de falsificaciones de denarios, conocidos como denarios forrados, tan antiguos como los denarios coetáneos auténticos
Pero quizá lo que más me impactó, tal vez por mi deformación profesional como genetista, es que toda esta información fue científicamente y rigurosamente extractada y analizada por Antonio a partir de nueve fuentes bibliográficas correctamente referenciadas a lo largo y al final de su estudio.
La relación entre la ciencia, el conocimiento y la historia encerrada en su sucinta frase La Numismática también nos enseña a conocer a nuestros antepasados es uno de tantos mensajes del valioso legado de Antonio Otero Míguez, formado por interesantes escritos inéditos en relación a diversos aspectos de la Numismática Antigua e infinidad de notas que merecen ser recopiladas y estudiadas.
